Milán, Italia. | EFE |
El Real Madrid se impuso en la tanda de penaltis al Atlético de Madrid después de una final emocionantísima en la que Colchoneros y Merengues se volvieron a ir a la prórroga en una final de Champions, pero volvió a tener más suerte el equipo blanco.
Dicen que las finales no se juegan, se ganan. Y, por lo visto en San Siro, el Real Madrid es un equipo fabricado para ganarlas. Sin ser mejores que el Atlético de Madrid, los ‘merengues’ supieron aguantar a un Atlético bravo y se alzaron en la tanda de penaltis con la undécima Copa de Europa de su historia.
El destino volvió a ser cruel para un Atlético de Madrid que en líneas generales fue mejor que el Real Madrid, pero al que le faltó ambición para matar al equipo blanco cuando pudo y que vio cómo los ‘merengues’ se rehacían en la tanda de penaltis.
El partido empezó de la mejor manera para el equipo de Zidane. No es que dominara claramente, pero el Real Madrid comenzó generando peligro constante en las jugadas a balón parado y, de esta manera, intimidó a un Atlético atenazado y desconocido.
Casi no se había asentado el encuentro cuando Oblak intervino en el área pequeña para sacar un remate de Benzema en un lanzamiento de falta. El esloveno, tan buen portero en gran parte de las facetas del juego como flojo en los penaltis, comenzaba sonriendo un encuentro en el que acabaría llorando, tras ser incapaz de parar ningún penalti de la tanda decisiva.
-Gol en fuera de juego-
Si bien los atléticos se libraron del 1-0 gracias a la parada de su portero, poco pudieron hacer para evitar el primero en un remate de Bale que empujó a la red en el área pequeña Sergio Ramos en claro fuera de juego. Juanfran, que también acabó llorando tras su fallo en la tanda de penaltis, comenzaba su particular noche negra regalando una falta innecesaria al Real Madrid. Tras el saque de Kroos, el Madrid no perdonó y se puso a mandar.
Con el marcador a favor y un Atlético totalmente a la defensiva, el Madrid tuvo sus momentos para sentenciar la final, pero poco a poco fue dejando que el equipo ‘colchonero’ se viniera arriba. Un disparo de Juanfran despertó al Atlético y un balón a la espalda de la defensa generó un saque de esquina que animó a los de Simeone.
El Madrid, cada vez más, vivía de las contras y, en una de ellas, Benzema dejó tirado a Godín para poner un balón peligroso al área pequeña, pero Oblak respondió con una mano providencial. Fue el último acercamiento del equipo blanco al área del Atlético en la primera mitad, pues desde entonces el 1-1 estuvo mucho más cerca que el 2-0.
-El Atlético mantiene el control-
No es que en la primera parte el Atlético tuviera ninguna clara, pero los del ‘Cholo’ embotellaron de una manera descarada a los de Zidane en los últimos instantes de los primeros 45 minutos. El Madrid quería que llegara el descanso cuanto antes y éste llegó tras un disparo de Griezmann que salió rozando el palo.
Tras el descanso, Simeone rectificó y retiró a Augusto por Carrasco y el choque se volcó sobre el balcón izquierdo del ataque rojiblanco. El belga, eléctrico como pocos, se unió a un imperial Gabi y comandó una remontada que se antojaba complicada, pero que se vislumbraba tras el tempranero penalti de Pepe a Torres.
Con el Madrid K.O., un empate al principio de la segunda mitad hubiera sido decisivo, pero Griezmann estrelló en el larguero el balón y la esperanza de los miles de atléticos que esperaban la primera Champions se desvanecía.
-Dominio y empate-
Lejos de venirse abajo, el Atlético de Madrid siguió dominando ante un Real Madrid que renunció totalmente al ataque y apostó por el contragolpe de manera definitiva. La lesión de Carvajal y la entrada de Danilo desniveló aún más el choque, y es que el brasileño vio cómo un Carrasco desatado le torturaba en cada ataque.
Los remates en el área de Navas se sucedían y primero Koke remataba rozando el larguero y luego Saúl envió desviado de volea. Era cuestión de tiempo que el empate llegara, pero el Madrid también tuvo su oportunidad para sentenciar la final. Benzema se quedó solo en el costado derecha y entró en el área sin oposición, pero cuando lo más fácil era hacer el 2-0, el galo estrelló su disparo en un Oblak que volvía a aparecer para mantener con vida la final de Champions.
Como suele pasar en estos casos, de cualquier forma, quien perdonó lo acabó pagando. Y lo hizo en la jugada más aislada de todas. Jugada de Juanfran, que encontraba a Gabi, y el centro del canterano lo empujaba en el segundo palo Carrasco.
El Atlético estaba más fresco físicamente, pero dejó escapar vivo al Madrid. De hecho, los rojiblancos se echaron atrás con el empate y regalaron los últimos 10 minutos del partido, firmando una prórroga en la que en teoría iban a ser superiores físicamente.
-Prórroga insulsa y penaltis que da una Champions-
Esta Champions tuvo 30 minutos extra, que sirvieron de muy poco. A Simeone le entró un ataque de miedo y no gastó sus cambios en piezas ofensivas para castigar al Madrid. Al contrario, apostó por reservarlos para hipotéticas lesiones, que sucedieron en la segunda parte de la prórroga, pero el partido estaba para decidirlo mucho antes y el argentino no lo vio.
Los físicos se igualaron y ambos equipos acabaron firmando unos penaltis que volvieron a encumbrar el equipo récord de la máxima competición de clubes. Falló Juanfran y marcó Cristiano para dar la final al Real Madrid. Los ‘merengues’ ya saborean la ‘Undécima’ Champions.
