San Pedro Sula, Honduras. (HSI) – A veces no hay razones para poder explicar ciertos acontecimientos en la vida. A veces no entendemos los planes que vienen desde allá Arriba y si tratáramos de entenderlos nos volveríamos locos, ya que entender los propósitos que nos tiene preparado nuestro Rey Supremo es muy difícil viniendo de la divinidad más grande que existe. Una cosa si nos queda claro: disfrutar de nuestra vida, luchar por lo que queremos y aceptar ciertas cosas que no podemos cambiar.
Juan Carlos García, nuestro embajador y guerrero eterno. Si una vez representó a Honduras en el extranjero ahora nos representara en el cielo. Humano, de tono alegre y humilde, así era el oriundo de Tela que perdió su lucha contra la leucemia, pero no la guerra. Digo, porque la guerra la ganó el. Luchó hasta más no poder, remó contra la corriente aun sabiendo que no tenía oportunidades y nos dejó una gran enseñanza: luchar por vivir, disfrutar lo que nos queda y hacer felices a la gente que se encuentra a nuestro alrededor.
Jugó en Marathon donde en lo personal fue lo mejor de su carrera. Ganó 3 títulos en la época dorada de Manuel Gregorio Keosseián (2007, 2008 y 2009) y participó en Concachampions con el conjunto verdolaga haciendo un papel tremendo.
Fiel a lo que nos tenía acostumbrados. Desbordaba, cubría. «Correlón», de esos defensas que no se dejan vencer y sobre todo con sus destellos, esos que hacen especial a un futbolista. Alegre fuera y dentro del campo.
Tiene dos eliminatorias mundialistas en su carrera y un mundial (Brasil 2014), fue fichado por el Olimpia siendo Restrepo el DT de los albos y con su única ilusión de cumplir el sueño de todo futbolista: jugar en Europa. Llegó al Wigan Athletic Club de la Premier League Inglesa, donde compartió vestuario con Maynor Figueroa.
Pero donde más lo recuerdo fue ese 6 de febrero del 2013. Me encontraba en la gradería del estadio Olímpico Metropolitano de San Pedro Sula disfrutando del encuentro clasificatorio para el mundial de Brasil 2014 entre Honduras y Estados Unidos. Corría el minuto 35 y ya perdíamos 0-1 contra los norteamericanos. Pero perder para JC García no estaba dentro de sus planes. 4 minutos después aparecía Víctor ¨El Muma¨ Bernárdez recogiendo un tiro de esquina que rechazaba el conjunto de USA, levantó un centro hermoso desde la derecha donde Maynor Figueroa colocó con el pecho el balón en el aire y aparece de forma sorpresiva y como un ángel impactando el balón con una chilena hermosa que dejo a todo el Olímpico con la garganta hecha un nudo, entra el balón y todo el estadio se caía de la emoción. Nos volvimos locos, nos volvimos locos junto aquel JC García que celebraba con esa alegría que nos acostumbraba y tocándose el corazón con la palma de su mano.
Increíble, pero cierto. Todos nos quedamos buscando repetición al ver tremendo gol que parecía de Playstation. Con ese hermoso recuerdo me quedo de JC García sobre todo lo que nos pudo regalar como futbolista. La vida es así, nos quita y nos pone. El corazón se me hace pequeño sabiendo que ese gol ahora JC García se lo hace a la vida y su alma se va como un destello hacia el reino de los cielos.
Gracias infinitas Juan Carlos García, gracias por dejar esos destellos dentro del corazón de cada compatriota, jamás te olvidaremos. Hasta pronto guerrero catracho.
