Coito logrando lo impensado: volver a ilusionar con la «H»
La Selección de Honduras rompió el maleficio de tres torneos de Copa Oro.
San Pedro Sula, Honduras. (HSI) – El entrenador uruguayo, Fabián Coito, pese a las críticas de un sector que cuestiona todo -aún sin argumentos de peso-, está intentando impregnar, de momento con buenas muestras, un sello que había ido perdiendo el futbolista que se enfundaba la sagrada «H» en el pecho.
Quedarse en la orilla, como cualquier selección caribeña o emergente, con todo respeto, se había vuelto una tendencia en la escuadra de Honduras cada vez que se jugaba una Copa Oro. Eran tres ediciones marcadas por el fracaso, la desidia y un rendimiento deprimente que, efectivamente, no permitía que diera para más.
Y no se trata de decir que todo ha sido perfecto con el charrúa, claro que no, pero la identidad que este equipo adquiere a medida avanzan los partidos es incuestionable.
Cada vez son menos raras las posesiones largas y la agresividad en el juego, sellos que históricamente caracterizaron al combinado patrio pero solo jugando en casa.
Cabe aclarar que la presentación ante Granada, que terminó en goleada 4-0 por la jornada 1 del certamen y acabó con una mala racha de siete contiendas sin ganar (muchas de éstas dando buena imagen), no fue la mejor pero permitió sumar para conseguir esa obligatoria clasificación.
Luego vino Panamá, la ‘bestia negra’ de los últimos procesos eliminatorios que, incluso, se nos había atragantado en la Copa (derrota y empate que valió nada en las más recientes contiendas), y los de Coito demostraron que la evolución del proceso no es un simple espejismo.
Los Quioto, Elis, Figueroa y López (Alex y ‘Buba’) levantaron la mano para arropar a muchos nuevos soldados que no tienen la intención de dejar escapar la oportunidad de subirse al barco que pretende desembarcar en Catar 2022, anfitrión del próximo Mundial al que, casualmente, se enfrentan este martes en Houston, Texas.
Contra los canaleros se garantizó el pase matemático a cuartos de final y se recuperó la ‘garra catracha’ que tanto reclama el romántico hincha catracho.
En un BBVA Compass que parecía el Olímpico, el Morazán o el Nacional, la H se agigantó y brindó una alegría merecida a estos fieles compatriotas que emigraron hace años buscando una mejor vida para ellos y los suyos.
Fue una noche espectacular para esta gente que, sin lugar a dudas, se entrega en cuerpo y alma a su Selección Nacional… Y es un hecho que mientras esta oncena siga contagiándola con sus nuevos aires la comunión no tendrá fin.
TODO COMENZÓ CON LA LIGA DE NACIONES…
Aunque el tercer lugar alcanzado en la Liga de Naciones de la Concacaf sepa a poco para los más exigentes, es imposible olvidar que las buenas sensaciones se comenzaron a ganar aquí.
La gira europea que se saldó con un empate ante Bielorrusia (1-1) y una caída honrosa ante Grecia (2-1) no tuvieron el lustre futbolístico que han tenido las presentaciones en suelo estadounidense, donde se jugó el ‘Final Four’ y un amistoso previo a la Copa Oro.
Si se toma en cuenta que los contendientes fueron precisamente los rivales a vencer en el área: Estados Unidos (derrota ‘in extremis’ 1-0), Costa Rica (empate 2-2 y triunfo en penales 5-4) y México (igualdad 0-0), la buena imagen mostrada le dio matices esperanzadores al tema.
Este progreso se ha visto reflejado en el evento que nos tiene matriculados entre los mejores ocho y el futuro es augurador a pesar de lo largo del camino.
Independientemente de lo que pase con los cataríes, los hondureños disputarán, este sábado en Phoenix, Arizona, ante mejicanos o salvadoreños, la fase de los mejores ocho de la confederación. Esto es un avance sin dudarlo.
No es un secreto que los cuscatlecos, dominados ampliamente por Honduras en los últimos años y a todo nivel, resultan una mejor alternativa para meterse a semifinales (contra Estados Unidos, Jamaica o Costa Rica)… Eso sí, para ello es preponderante vencer o empatar con los campeones asiáticos.
Hay con qué, es un hecho. Esta Selección de Honduras ha vuelto a ilusionar. El autor de lo impensado, visto de esa forma merced a los altibajos de esta nueva oleada de futbolistas catrachos y, muy a pesar de algunas convocatorias incomprendidas, es uno solo: Fabián Coito Machado.