Real España – Marathón: «El Clásico sampedrano del bochorno»
San Pedro Sula, Honduras (HSI) – El pasado sábado 18 de Agosto, se jugó el Clásico de la Capital Industrial del país entre Real España y Marathón, partido que, últimamente de ser super atractivo a la vista de los amantes del buen fútbol ha pasado a ser de los más bochornosos y ridículos que un asistente al estadio pueda ir a presenciar.
Recientemente son los últimos campeones de la Liga Nacional, de los dos torneos anteriores, por mostrar un fútbol productivo, bonito y con mucha vistosidad. Pero que, lastimosamente desde las directivas hasta los futbolistas, más que un partido de fútbol de noventa minutos se ha convertido en una batalla campal, que se ha entrelazado hasta las aficiones, en convertirlas en desahogo por medio de golpes, insultos y sensaciones de peleas futuras, que se ven desde las redes sociales hasta el asiento de la localidad de preferencia.
Es aceptable decir que nuestra Liga Nacional en lugar de avanzar a pasos agigantados en este bonito deporte del cual todos disfrutamos, vamos en retroceso a convertirnos en una liga burocrática. No es sorpresa ver muchos asientos vacíos en cada partido de la liga que por muchos motivos, aficionados prefieren comprar alguna comida y ver los partidos desde la comodidad de su sofá o cama y cuando se atreven a ir, vemos estos espectáculos bochornosos.
Llegar a la situación que las barras de los equipos se salten el alambre ciclón para darse golpes con la otra barra contraria, golpear a mujeres en la localidad de preferencia, increpar desde una red social contra un árbitro; son unos de los tantos problemas que tenemos en nuestra liga de fútbol «profesional». Se está llegando a los tiempos de jugar a puertas cerradas, sin que muchos disfruten del fútbol, por razones que se pueden mejorar y no retroceder.
Ambos clubes deberían de sentar cabeza desde las directivas hasta el recogepelotas, y analizar que por esas razones, muchos aficionados se están alejando de asistir al estadio con justa razón, y que obviamente no se pueden dar el lujo de poner en números rojos su capital al recibir ingresos de boletería que paga un aficionado que busca: espectáculo, diversión, goles, seguridad y muchas características más.
Las peleas del Clásico Sampedrano me recuerdan a mi adolescencia, cuando jugábamos con «porterías» de piedras, y que cuando el balón pasaba encima no era gol y emergía la discusión. Así son Real España y Marathón; «lloran» cuando les rozan las redes con el balón y buscan pretextos para pelear.