La Bombonera, Argentina, Lionel Messi y el gusto de una vida
Buenos Aires, Argentina. (HSI) – Todo futbolero estándar disfruta de los máximos exponentes de este deporte, pese a cualquier afición o camiseta. También se sueña con poder estar en los mejores escenarios, conocer a las hinchadas más apasionadas, y poder vivir en general de todo el entorno que rodea a lo mejor del deporte más hermoso del mundo.
Dice la frase que a veces se pueden “matar dos pájaros de un tiro”, pero yo ayer me di el gusto de matar tres. Pude ver jugar en vivo al que para mí es el mejor jugador del mundo, tuve la chance de presenciar un partido en uno de los estadios más delirantes de la tierra, y vivir un partido de fútbol junto a una de las hinchadas más pasionales de todas.
Hablando con nombres propios, me di el placer de ver jugar en vivo a la selección Argentina, en la Bombonera, a estadio lleno, y con Lionel Messi en la cancha. Si, ese 10 rosarino del Barcelona que mueve multitudes en los cinco continentes. Y si bien es cierto que Haití exigió poco o nada, aún en pequeños detalles uno se da cuenta que el tipo es un adelantado.
Visualiza acciones que los mortales no vemos, se anticipa a jugadas que nadie imagina (incluyendo sus compañeros), piensa una cosa y se decide por otra en fracciones de segundo. En fin; no les estoy contando nada nuevo, pero vivirlo personalmente es un plus, y algún espero poder vivirlo en un juego de mayor relevancia.
Y de la Bombonera ni hablar, con razón dicen que no tiembla; late. Sin ser el estadio más moderno del mundo, es bastante acogedor. La gente está muy cerca del terreno de juego, y eso genera una sensación de que en cualquier momento todo se viene abajo. Por eso es tan duro venir acá a jugar, contra Boca, para cualquier visitante.
Y por último, cabe destacar a las 48 mil personas que abarrotaron el Alberto J. Armando. Se mostraron muy respetuosos con Haití regalándole aplausos al terminar el primer tiempo, y por supuesto, supieron despedir a su selección antes a la Copa del Mundo. Cantaron el himno con un fervor impresionante y el ambiente fue festivo en todo momento, junto al folclore de siempre.
Se festejaba empuje cada buena jugada, cada balón peleado, cada corrida, y cada gol, por supuesto. Se regaló aplausos y ovaciones a los 11 que portaban la celeste y blanca. Hubo tiempo para todos incluyendo países rivales: “y ya lo ves, y ya lo ves, es para Chile que lo mira por tv”, se cantó en alusión a la selección chilena, que no pudo estar en el torneo.
También se recordó al eterno opositor deportivo con el “brasilero brasilero, que amargado se te ve, Maradona es más grande, es más grande que Pelé”, y no podía faltar el “y ya lo ve, y ya lo ve, el que no salta, es un inglés”, remembrando el conflicto con Inglaterra, que trasciende más allá de lo futbolístico.
En fin, fue una linda noche, un partido-entrenamiento para que todos disfrutaran, y un último empuje anímico para los dirigidos por Jorge Sampaoli. El sueño de 40 millones de argentinos descansa sobre un grupo de jugadores que está ante su última oportunidad, y que no se pueden quejar del cariño recibido por la hinchada antes de partir.