Bochum, Alemania. (Agencias) – El Bayern Múnich sufrió hasta el final y tuvo que remontar para superar la segunda ronda copera ante el Bochum (1-2), conjunto de Segunda División en puestos de descenso a Tercera.
Kovac dejó a varios jugadores importantes en el banquillo, los que al final tuvieron que salvarle el pellejo; el croata vio la guillotina muy de cerca, quizás más que nunca. En Alemania se habla, desde hace años, de la suerte del Bayern. En el Vonovia Ruhrstadion volvió a aparecer.
Los de Kovac fueron cogiendo el timón del duelo, aunque sin fluidez. Con un Thiago muy solo, a los bávaros les faltaban ideas.
Pero aún así, las ocasiones comenzaron a llegar. Coman, Tolisso, Perisic y Davies lo intentaron, pero unas veces la mala puntería y otras los reflejos de Riemann evitaban el gol.
Un gol que sí que llegó del bando local. Cuando más cómodos estaban los bávaros, una internada de Blum por banda izquierda acabó en un centro potente al área pequeña que pegó en la espinilla de Davies y se metió en el fondo de la red. Saltaba la sorpresa.
Kovac era consciente del peligro de la situación y tiró de banquillo para intentar remontar. Perisic se quedó en el vestuario y salió Lewandowski para la segunda mitad. En los primeros 20′ del segundo tiempo, Coutinho y Müller también saltaron al campo pero el Bayern, a pesar de dominar el encuentro, casi no creaba peligro.
El encuentro se iba acercando a su final y el Bayern no daba señales de mejora. Fútbol lento, jugadores con poca inspiración…pero le remontada llegó. Sin nunca llegar a tener un gran caudal ofensivo, la mayor calidad de los bávaros se mezcló con la inseguridad de la zaga del Bochum cuando estaba a punto de hacer historia.
En el 83′, un centro de Kimmich encontró a Gnabry sólo al segundo palo, anotando el extremo su décima diana de la temporada entre club y selección. Y, cuando con el Bochum con 10 debido a la expulsión del central Bella-Kotchap, Müller anotó el 1-2 en el 89′. Sin nunca brillar, el Bayern se salvó tras pasar por un gran susto.
