No hubo demérito del United en el resultado final de la eliminatoria, pero sí hubo mérito por parte viguesa para luchar en el último 'stage' de la competición Europea. Los hombres de Berizzo llevaron la iniciativa en todo momento ante un United que se limitó a jugar a la contra una vez conseguido su primer gol.
El 'Teatro de los Sueños' acogió a un equipo soñador y a otro conformista. No les sirvió para venirse arriba el apoyo de más de 70.000 gargantas 'red devils' al equipo de Mourinho, que planteó un choque rácano. El Celta se armó de valor para ir al ataque desde el minuto 1, asumiendo todos los riesgos que ello provocaría.
Pero, quein no arriesga no gana y, conscientes de que la eliminatoria se antojaría casi imposible en caso de recibir goles, el Celta tocó y tocó siempre mirando hacia la portería de Romero. Con un Iago Aspas que le ganó la partida a Darmian en todo momento y un Pione Sisto espectacular, los ataque se sucedieron al inicio de la segunda mitad.
Mientras Romero, con dos intervenciones espectaculares a Aspas y al 'Tucu', mantenía vivos a los suyos, la defensa del United comenzó a adelantarse y el centro del campo, a presionar de manera intensa. El Celta perdió claridad llegando a la primera media hora y el United lo aprovechó con un cabezazo de Fellaini a centro de Rashford que dibujaba el 1-0 del marcador a la vez que desdibujaba los rostros celtas.

Facundo Roncaglia del Celta de Vigo pelea el balón con Marcus Rashford del Manchester United. Foto Getty Images
El gol 'red devil' le dio un empujón al United. Seguía sin incorporarse al ataque, pero la defensa y el centro del campo cada vez eran más sólidos, por lo que lo mejor que le pasó a Berizzo fue llegar al descanso. En el mismo minuto 45, un Wass poco acertado dejó su lugar a Jozabed y el partido cambió.
Con iniciativa visitante de nuevo, Mourinho comenzaba a desesperarse... y Sergio Romero a calmarle. El meta del United estuvo espectacular, pero tampoco se quedó lejos su tocayo en el otro arco, salvando sendos grandes disparos de Mkhitaryan y Rashford.
A la vez que agonizaba el sueño de un Celta que seguía creyendo pese al desengaño con el minutero, llegó la obra de Roncaglia. Centro de Jozabed medido para un remate inapelable que apelaba a la épica con sólo cinco minutos por delante más el añadido.
Pero el propio Roncaglia se encargó, además de abrir el partido, de cerrarlo. En la siguiente jugada, una tangana acabó llevándole a la calle a él y a Bailly y a partir de ahí, las faltas plagaron el partido y los 6 minutos de añadido parecían quedarse cortos.
Guidetti tuvo la oportunidad de remachar el sueño justo en el último segundo de partido, pero se trastabilló y no alcanzó a rematar un pase de la muerte de Beauvue en boca de gol. El United sufrió hasta el final, pero respiró... y ya se ha citado con el Ajax en Estocolmo para el próximo 24 de mayo.