Sarandí, Argentina. (Agencias) – River siempre es River. No pierde su esencia ni cuando Marcelo Gallardo pone un equipo casi completamente alternativo. Por eso, más allá de estar en ventaja un par de veces con diferencia de dos goles en el arranque de la fecha 10 de la Superliga, Arsenal sufrió la jerarquía y la perseverancia de un Millonario que cuando se convence que puede, lo intenta hasta conseguirlo. Boca la pasó peor, perdió en casa contra Racing Club por 0-1.
El equipo de Sergio Rondina se impuso con autoridad en el arranque, desde el disparo lejano de Ezequiel Piovi, al minuto 9, que desató el primer grito del encuentro en el Viaducto. Y a la media hora de juego, Juan Cruz Kaprof cumplió con la ley del ex al encarar hacia el área, desparramó a Enrique Bologna y definió con tranquilidad.
Pero el peso de los nombres empujó a River a acercarse a su rival en el complemento. Al minuto 58, Lucas Pratto se la bajó en el área a Ignacio Scocco, que no falló al rematar de volea y venció al arquero Maxi Gagliardo. Pero inmediatamente, a los 62′, fue Nicolás Giménez el que devolvió la ventaja de dos goles para el local, con un disparo desde la puerta del área y que se metió pegado al palo.
Tanto se encerró a cal y canto Boca para preparar el partido ante River Plate de Libertadores, tan concentrado estaba el equipo, que pareció olvidarse de que antes tenía que pasar por encima de Racing.
Tampoco es que los de Avellaneda hicieran mucho más por llevarse los tres puntos. Les bastó con tener un poco más de puntería que los hombres de Alfaro. Y un poco quiere decir un tiro a puerta más.
