Luis Figo: veinte años de la más grande pitada del Camp Nou

Figo al escuchar la silbidos de todo el Camp Nou - Foto Agencias
Los silbidos alcanzaron los 111 decibelios, el mismo ruido que produce un avión al despegar. Pero quien despegaba era Luis Figo como futbolista del Real Madrid.
En julio del año 2000 fichó como jugador blanco porque Florentino Pérez abonó al Barcelona su cláusula de rescisión, que ascendía a 62 millones de euros al cambio, pues la pagó en pesetas. Tres meses después, el 21 de octubre, jugó en el Camp Nou vestido con los colores del máximo rival. Este miércoles se cumplen 20 años de una cita inolvidable en el fútbol español y mundial, por lo que significaba.

Figo llegó como estrella al Real Madrid - Foto Agencias
El conjunto dirigido por Del Bosque perdió 2-0 y Figo no tuvo una buena actuación, anulado por Sergi Barjuán y un joven Carles Puyol. Dos años más tarde, el 23 de noviembre de 2002, el recibimiento fue aún peor.
Figo se atrevió a botar los saques de esquina y le tiraron encendedores de gas, botes y una cabeza de cochinillo.
"Recuerdo que estaba patrocinado por Coca-Cola, vi una botella en el césped y la recogí, es como si estuviera haciendo publicidad" , relataba Figo con humor al presidente de Portugal, Marcelo Rebelo de Sousa, en una conversación mantenida el 30 de octubre del año pasado.

Una cabeza de cerdo fue lanzada mientras tiraba un corner - Foto Cortesía
Alfonso Pérez, ex madridista, jugador del Barcelona aquella temporada: «Aquel fichaje fue una buena gestión del nuevo presidente del Real Madrid, con Luis comenzó la época de los grandes fichajes, de los galácticos»
La imagen del cochinillo dio la vuelta al mundo. Sin embargo, el bombardeo de objetos sobre el luso no influyó en el Real Madrid, que empató a cero. Le pesó más la presión soportada dos años antes en el estreno de Figo vestido de blanco en el Camp Nou. Perdió 2-0. El estadio, por cierto, fue sancionado con una clausura de dos partidos que nunca se cumplieron.
Sergi Barjuán, el jugador del Barcelona que vigiló a Figo «Me tocó marcarle y le conocía bien, pero alguna me hizo. Luis creía que lo firmado con Florentino Pérez podía deshacerse, no esperaba lo que pasó»
"Me tocó a marcarlo a mí y cada vez que le pasaban la pelota la pitada del público era muy fuerte" , rememora Sergi. "Pero Luis se lo tomó con serenidad. Era muy fuerte mentalmente. Estaba en su mejor momento y tenía mucha personalidad. Estaba acostumbrado a la presión y no creo que le afectara".
Humilde, el lateral izquierdo barcelonista se quita méritos en aquella buena actuación personal. Ganaron los azulgranas con goles de Luis Enrique y Simao. "Yo le conocía bien de los entrenamientos que compartí con él durante varios años y sabía cómo se movía y lo que podía hacer. Alguna me hizo" . Reconoce que fue un clásico muy especial: "Los jugadores tuvimos much coraje para ganar al Madrid después de lo sucedido con Luis".

Puyol intentando frenar a Figo - Foto Cortesía
Florentino Pérez lo tenía todo bien atado: Veiga, apoderado de Figo, firmó un contrato por el que si el candidato ganaba las elecciones presidenciales al Real Madrid vendría al club blanco (tras pagar el dirigente los 62 millones de cláusula). Si Figo incumplía el acuerdo, debería abonar 35 millones al Real Madrid. Vino al Real Madrid.
Fue tal el ruido que se escuchó en el Camp Nou en el momento de saltar Luis Figo al terreno de juego que nunca se han llegado a tantos decibelios en un partido en el estadio por los silbidos aficionados.
Todo sucedió en la introducción del partido cuando Manel Vich, con pausa incluida, mencionó por la megafonía del Camp Nou el nombre de Luis Figo. Del silencio se pasó a un estruendoso ruido provocado por los silbidos de los miles de aficionados que llegó a los 111 decibelios. El mismo ruido que científicos determinaron se alcanza en una discoteca.

Luis Figo en su etapa como blaugrana - Foto Agencias
Algo inolvidable no solo para el portugués sino para todos aquellos que aquella noche estuvieron en el Camp Nou. Nunca ha sucedido algo semejante en el estadio barcelonista.
Se trata de la peor traición de la historia en el fútbol.