Barcelona, España. (AFP) – El Barca dejó puntos frente al Celta de Vigo y pone algo de color a LaLiga en un juego en un horario poco habitual, entre el vermut y la comida, para ser sábado. De ahí que, aunque quizás pudiera esperarse más gente, fueron poco más de 63,000 los espectadores que se rieron del frío y acudieron al Camp Nou. De hecho, la entrada fue menor que ante el Murcia.
Quienes se quedaron en casa o fueron al bar para verlo por televisión se perdieron a un Leo Messi desbocado, cómodo con el horario, el estadio y el frío. El ’10’ no entiende de circunstancias porque la circunstancia es él. Firmó un primer tiempo a lo ‘globetrotter’, con pases de tacón, caños, gol incluido, paredes imposibles y asistencias que solo la mala suerte y el banderín del linier evitaron que acabasen en gol. Messi es el fútbol en sí mismo. Y eso que el Celta planteó un partido hermético, de cemento en defensa. Messi ejerció de taladro.
El partido matinal en el Camp Nou comenzó ya con susto para el Barça, con gol de Iago Aspas (20), antes de que los locales pudieran remontar con tantos del argentino Lionel Messi (22) y del uruguayo Luis Suárez (62).
El Celta volvió a empatar en el 70, con gol del también uruguayo Maxi Gómez. Con 36 puntos, el Barça se mantiene invicto en esta Liga (11 victorias, 3 empates), pero no pudo evitar registrar un segundo empate consecutivo en el campeonato tras el del pasado fin de semana (1-1) en el campo del Valencia, que es segundo ahora a 5 puntos y que podría aproximarse a apenas 2 si vence el domingo en Getafe (12º).
