Troon, Escocia. (AP) – Xander Schauffele pasó del putt más estresante de su carrera a la caminata más tranquila hacia el green del hoyo 18 que jamás imaginó.
En mayo, ganó un torneo de infarto en el Campeonato de la PGA. El domingo, en el Abierto Británico, realizó una obra maestra. Dos finales diferentes, dos sensaciones diferentes.
Xander Schauffele tiene juego de sobra y toda la confianza del mundo para ganar los campeonatos más importantes.
A principios de temporada se le preguntó si podría ganar un major, pero ahora tiene dos.
Schauffele cerró con un 65 de 6 bajo par en una ronda final que se encuentra entre las más memorables en la historia del British Open, en particular el 31 de los últimos nueve hoyos. Igualó el mejor resultado de la semana en Royal Troon, con nada menos que el clarete en juego en el resultado.
Jugó sin hacer bogeys bajo un viento desalentador y convirtió un déficit de dos golpes en una victoria de dos golpes para conseguir su segundo major del año.
También le dio a los estadounidenses una barrida en los cuatro majors por primera vez desde 1982.
Ganó el Campeonato de la PGA en Valhalla al hacer un putt de birdie de 6 pies en el hoyo final para un 65.
De pie en el hoyo 18, Schauffele dijo que se volvió hacia su caddie y viejo amigo Austin Kaiser y le dijo que se había sentido tranquilo en los decisivos últimos nueve hoyos.
Schauffele pasó del trofeo más pesado del Campeonato de la PGA al más pequeño y antiguo: la famosa jarra de clarete.
Hoy celebró con su padre, el alemán Stefan Schauffele y su madre taiwanesa, Chen Ping-Yi justo antes de recibir el trofeo.
