Leicester campeón de la Premier inglesa tras empate de Tottenham ante Chelsea
El Leicester City se ha proclamado campeón de la Premier League 2015-2016, el primer título en sus 132 años de historia, después de que el Tottenham empatase a dos goles en su visita a Stamford Bridge.
Los Spurs necesitaban ganar al Chelsea para mantener el suspense al menos unos días más y parecían tenerlo todo controlado al descanso, al que llegaron con dos goles de ventaja, anotados por Harry Kane (27) y el surcoreano Heung-Min Son (44).
Sin embargo, en el segundo tiempo Gary Cahill (58) y el belga Eden Hazard (83) lograron el empate que da el campeonato al equipo que entrena el veterano italiano Claudio Ranieri.
-Una liga para recordar del Leicester-
Los de Ranieri pasaron de candidatos al descenso a ganadores de la competición liguera gracias a una gesta que ya ha entrado en la historia de las grandes ligas europeas.
Sin necesidad de jugar, el azar quiso que fuera un tropiezo del Tottenham el que le diera una Premier League histórica al Leicester, un equipo prácticamente condenado al descenso en 2015 y que escapó milagrosamente para escribir una de las páginas más brillantes del fútbol contemporáneo en la campaña actual.
Los de Ranieri comenzaron la Liga a lo grande, con una clara goleada (4-2) al Sunderland. No quería decir gran cosa, pues era ante un teórico rival en la lucha por evitar el descenso, pero el equipo se lo fue creyendo y llegó a la jornada 5 en las primeras posiciones.
En concreto, los ‘foxes’ eran segundos con 11 puntos a 4 del Manchester City, que dominaba con 5 victorias en otros tantos encuentros. Tras el 4-2 al Sunderland, los de Ranieri ganaron al West Ham (1-2) y empataron ante Tottenham y Bournemouth (1-1), antes de comenzar una serie de históricas remontadas contra el Aston Villa.
En el encuentro de la quinta jornada ante los de Birmingham, el Leicester perdía por 0-2 a falta de 20 minutos, pero terminó dando la vuelta al encuentro gracias a los tantos de De Laet, Vardy y Dyer. Tras este choque, el Leicester volvió a levantar dos tantos ante el Stoke (2-2), pero una contundente derrota en el King Power Stadium ante el Arsenal (2-5) parecía despertarles de golpe del sueño que estaban viviendo.
Nada más lejos de la realidad, los ‘foxes’ se impusieron al Norwich (1-2), remontaron de nuevo un 2-0 ante el Southampton (2-2) y ganaron al Crystal Palace (1-0) para llegar a la décima jornada como el equipo revelación. Ya no eran segundos, pero con 19 puntos estaban en puestos europeos y sólo se distanciaron a tres puntos de un liderato que entonces compartían Manchester City y Arsenal.
-Consolidación-
De la décima a la decimoquinta jornada llegó la consolidación del equipo. Las victorias ante el West Brom (2-3, de nuevo después de remontar un 1-0), Watford (2-1), Newcastle (0-3) y Swansea (0-3), y el empate ante un ya rival directo como el Manchester United (1-1) en el King Power Stadium situaban a los de Ranieri como líderes cuando apenas quedaban 4 jornadas para el final de la primera vuelta. Entonces, comandaban la tabla con 2 puntos sobre el Arsenal y 3 sobre los dos rivales de Manchester.
Hasta el fin de la primera vuelta, el Leicester, entre canción y canción de Kasabian, se impuso al Chelsea (2-1) y al Everton (2-3), cayó ante el Liverpool (1-0) y dio su primera demostración de que era un rival serio por el título al igualar en casa ante el Manchester City (0-0).
-Increíble segunda vuelta-
Los ‘foxes’ encabezaban la tabla junto al Arsenal, con 3 puntos de ventaja sobre el Manchester City y 4 sobre el Tottenham, a la postre gran rival por el título de los de Ranieri. Aún les quedaba lo más difícil, pues tenían que jugar fuera de casa contra todos los grandes de la Premier, pero parecía que la clasificación europea la tenían asegurada.
Los pinchazos ante Bournemouth (0-0) y el desahuciado Aston Villa (1-1) parecía que rebajan la euforia del equipo, a pesar de que entre estos encuentros los ‘foxes’ habían ganado al Tottenham en White Hart Lane (0-1). No fue hasta los triunfos consecutivos ante Stoke (3-0), Liverpool (2-0) y, sobre todo, Manchester City (1-3), cuando la prensa y el gran público empezaron a considerar al Leicester como claro favorito a la Premier League.
Contra los ‘citizen’, en un duelo a vida o muerte, los ‘foxes’ tiraron de contragolpe y efectividad a balón parado para desarbolar a un equipo que, por aquel entonces, seguía siendo el candidato número uno a llevarse la competición. Era la jornada 25 y el Leicester ya tenía un colchón de 5 puntos respecto al Tottenham y al Arsenal, mientras que el City quedaba descolgado a 6 puntos de la cima.
El liderato le dio algo de vértigo a los de Ranieri, que cayeron ante el Arsenal (2-1, con un gol de Giroud en el descuento), se impusieron por la mínima al Norwich en el 89 (1-0) y empataron en casa ante el West Brom (2-2) en un partido que les hubiera permitido dejar casi sentenciado el título. En cambio, dos nuevos exiguos triunfos ante Watford (0-1) y Newcastle (1-0) le permitieron recobrar la fe a un equipo que entró en las últimas 9 jornadas de la competición manteniendo los 5 de ventaja con el Tottenham y 8 con el ya descartado Arsenal.
En el sprint final, el Leicester siguió ganando ajustadamente al Crystal Palace (0-1), el Southampton (1-0), el Sunderland (0-2) y más cómodamente al Swansea (4-0) en un partido con sabor a título anticipado. Entre los dos últimos, un pinchazo en casa ante el West Ham (2-2) en un partido que los ‘foxes’ iban ganando y que se complicaron con la expulsión de Vardy, apareciendo a última hora Ulloa para salvar un punto de penalti.
Así llegaron a la trigesimosexta jornada, en la que dependían de sí mismos para lograr el título, necesitando una victoria en Old Trafford. Pese a comenzar perdiendo, un tanto de Morgan le valió la igualada a un Leicester que no mereció ganar y que tuvo que esperar al pinchazo del Tottenham ante el Chelsea para cantar el alirón.
rgg / AFP
