No pudo elegir mejor lugar ni mejor momento Cristiano Ronaldo para volver a su mejor nivel. Criticado, vilipendiado y denostado por sus pésimas actuaciones en el inicio de Liga, el luso eligió un feudo de peso y un momento histórico para dejar su marca.
El atacante fue el estilete de un Real Madrid que puso tierra de por medio en la cabeza de la tabla con un choque muy serio, que dominó de inicio a fin y que sirvió para poner el broche de oro a un estadio que ya forma parte de la historia de la Liga.
Comenzaron a la expectativa los de Zidane, fundamentalmente por la presión de un Atlético que quería convertir en un infierno el choque para los blancos. Sin embargo, los rojiblancos se pegaron un tiro en el pie con su presión suicida. Tan pronto como apareció el cansancio en los locales, el Madrid tomó el mando y comenzó a dominar al Atlético de Madrid en un calco de los duelos de finales de los 90 y principios de siglo entre ambos, siempre dominados por los de Chamartín.
El 0-1 no llegó antes por la buena actuación de Oblak, que primero salvó un cabezazo de Cristiano sobre la línea y luego atrapó con seguridad un lanzamiento cruzado de Modric con la zurda.
Pero Isco dominaba a su antojo y era cuestión de tiempo que el primer tanto de los ‘merengues’ acabara llegando. Lo hizo de la forma menos bonita, en un mal lanzamiento de falta de Cristiano que despistó a Oblak tras tocar en Savic.
-Reacción rojiblanca y sentencia blanca-
El tanto reforzó la idea de un Real Madrid que perdonó la sentencia en la primera mitad, pues el Atlético no puso a prueba a Keylor en ningún momento de los primeros 45 minutos.
Sí que lo hizo tras el descanso, con 10 minutos frenéticos en los que tanto Griezmann como sobre todo Carrasco hicieron lo imposible por empatar. Fue Simeone, otras veces héroe, el que acabó de matar al Atlético con sus cambios. El ‘Cholo’ retiró a Torres y Gabi y metió a Correa y Gameiro, rompiendo al equipo en el centro del campo y permitiendo que el Real Madrid reviviera a la contra.
Un error infantil de Savic en una acción de contragolpe de Cristiano Ronaldo regaló un penalti al luso, que no tuvo grandes problemas para engañar a Oblak. Con el Atlético totalmente volcado, un nuevo contraataque iniciado por Isco, comandado por Bale y culminado por Cristiano en el segundo palo puso la sentencia definitiva.
Los blancos pudieron hacer sangre ante un Atlético que sólo quería morir dignamente y que tuvo que ver cómo su marcador se quedaba a cero en el último derbi liguero a orillas del Manzanares. Cristiano pintó la Liga de blanco en un Vicente Calderón que parece que no verá celebrar un último título liguero a su equipo. Los de Simeone están ya a 9 puntos. O lo que viene a ser lo mismo, a tres pinchazos del eterno rival. Casi nada.