Las Vegas, Estados Unidos. (HSI) – Max Verstappen ganó el Gran Premio de Las Vegas en un duelo duro en la Ciudad del Pecado.
El tres veces campeón mundial reinante de la Fórmula Uno encontró el exceso y la opulencia exagerados y los priorizó sobre las carreras reales.
Cambió de tono, literalmente, tras su victoria número 18 de la temporada. «¡Viva Las Vegas! ¡Viva Las Vegas!» cantó Verstappen.
Verstappen pasó a Charles Leclerc al principio y luego se sobrepuso a una penalización para pasar a Leclerc una vez más cuando faltaban 13 vueltas.
Max, Leclerc y Sergio, «Checo» Pérez fueron conducidos en una limusina a un escenario ubicado cerca del Bellagio.
La carrera fue la tercera parada de esta temporada en Estados Unidos, más que en cualquier otro país, y fue promovida por la F1 y su propietario Liberty Media.
Pero el evento ha sido criticado, especialmente por Verstappen, por su énfasis en convertirse en un espectáculo de neón.
Los boletos eran caros, los hoteles a lo largo del famoso Strip subieron sus precios y el elemento deportivo de la carrera número 21 de la temporada se vio eclipsado por todo, desde celebridades, actos musicales y una miríada de imitadores de Elvis deambulando por el paddock que incluía una capilla nupcial donde ex F1 El campeón Jacques Villeneuve se casó a principios de semana.
El siete veces campeón de F1 Lewis Hamilton, que terminó séptimo con Mercedes, dijo:
«El circuito ofreció una carrera mejor que la mayoría de las pistas a las que vamos», para felicidad de Liberty Media.
Checo se queda con el subcampeonato
Con Hamilton terminando séptimo, «Checo» Pérez aseguró el segundo lugar detrás de Verstappen en la clasificación de pilotos.
Gran paso para el mexicano y para el pueblo azteca que anda dolido con la derrota en Tegucigalpa por 2-0 contra Honduras.
