Messi y Neymar completan el tridente mas letal de cara a la final del Mundial de Clubes
Yokohama, Japón. | Agencias |
El Barcelona afronta la final del Mundial de Clubes ante River Plate y lo hace con más posibilidades de las que tenía ayer. Al menos eso es lo que se desprende después del último entrenamiento que realizó el equipo en el escenario del choque: el Internacional de Yokohama. Neymar y Messi se ejercitaron con toda normalidad junto con sus compañeros.
Aunque Luis Enrique mantuvo un cierto mutismo sobre el estado de ambos futbolistas, reconoció que se sentía optimista. No será hasta poco antes de que comience el encuentro cuando el asturiano tome la decisión definitiva. Pero si nada se tuerce, el tridente volverá para coronarse como el mejor del mundo y ambos se sumarán a un Luis Suárez que solo con sus tres goles metió al Barcelona en esta final.
En estos momentos, la participación de Neymar es casi segura, al haber superado completamente la lesión fibrilar que se produjo en el aductor el pasado 8 de diciembre y que le obligó a perderse tres partidos (Bayer Leverkusen en Champions, Deportivo en Liga y Guangzhou en la semifinal del Mundialito).
El paulista ha apurado los plazos iniciales y, salvo contratiempo, estará sobre el césped de Yokohama. De esta manera, podrá quitarse la espina que le quedó clavada cuando perdió el Mundial de Clubes en 2011, cuando defendía la camiseta del Santos.
El caso de Messi es más incierto. El futbolista se muestra optimista y con ganas de jugar la final. Parece haber mejorado del cólico nefrítico que le impidió disputar la semifinal ante el Guangzhou. Aunque aún no ha expulsado el cálculo renal, su situación se ha estabilizado y podría jugar, siempre que no sufra otro ataque. En este sentido, será decisiva la evolución durante la noche para valorar si puede entrar en juego ante sus compatriotas de River.
«Faltan muchas cosas por ver antes del partido. Siempre soy optimista. La calidad de cualquier jugador del Barcelona hace que pueda jugar sin estar al cien por cien», comentó Luis Enrique, que inmediatamente ironizó: «Tiene que estar al noventa y nueve por cien…». Queda claro que será hoy mismo cuando el entrenador tomará la decisión, consensuada con el jugador y los servicios médicos.
El resto del equipo no presentará variaciones con respecto al que jugó el jueves, con la salvedad del portero. Luis Enrique le dará, salvo sorpresa mayúscula, la final a Marc-André Ter Stegen, meta de la Champions que llevó al Barça a disputar este torneo. Por lo tanto, siguiendo la lógica de Lucho, el alemán defenderá los tres palos ante los argentinos. Su último partido fue el mejor del curso para sus intereses: dio un festival contra el Bayer Leverkusen en su tierra.
Será la quinta final para el Barcelona, que deberá imponer su calidad ante la ilusión de los millonarios, que han calificado el partido como el más importante de su historia.
River Plate se proclamó campeón del mundo en 1986 ante el Steaua de Bucarest que ganó al Barça en la final de la Copa de Europa de Sevilla. Pero los argentinos creen que el rival de mañana tiene mucho más empaque que el de hace 29 años.
Ganar el Mundialito ante este Barça los convertiría por derecho propio en el mejor equipo del mundo, con el plus de haberlo hecho ante un grupo que está haciendo historia de la mas grande del fútbol.
