Las Vegas, Estados Unidos. (HSI) – El 8 de diciembre, el aún invicto, Teófimo López, con foja de 10-0 y ocho KO’s, hará su cuarta aparición en el Madison Square Garden de Nueva York cuando se enfrente a Mason Menard (34-3, 24 KO’s).
«Teo» recién ganó el título de la WBC como campeón Continental de las Américas, cuando en su última pelea hace cinco meses noqueó a su oponente brasileño. López está buscando agregar la correa de la NABF de peso liviano vacante para sumarlo a la colección que ha comenzado a tener.
Mientras que López, considerado uno de los peleadores más populares del boxeo, se enfrenta a un peleador con más experiencia en Menard, que será el favorito en el combate.
López ha hablado desde que se convirtió en profesional en noviembre de 2016 e insistió en que será un campeón antes de 2019 y simplemente se refiere a la ascensión de su carrera como «The Takeover», refiriéndose al hecho de que confía en que se convertirá en una de las principales estrellas del boxeo en poco tiempo, algo que luce camino a lograr.
Si bien algunos podrían acusar a López de ser el último prospecto con el don del gab, es difícil discutir con el luchador que reside en Las Vegas. Teófimo López ha impresionado y parecía tener experiencia más allá de sus años, al respaldar sus confiadas predicciones hasta el momento en su carrera profesional invicto.
Teo, quien nació en Brooklyn, Nueva York y se crió en Davie, Florida, puede boxear, tiene poder, tiene una buena defensa y es tan amigable con los fanáticos que ellos deliran con sus gestos. Se está volviendo cada vez más popular por sus habituales bailes tras la victoria y bailes de victoria que han entretenido al público y se han convertido en una locura de Internet.
Después de competir en los Juegos Olímpicos de verano 2016 representando a Honduras, país por el cual López aprendió a hablar español, firmó con la potencia promocional del boxeo, Top Rank de Las Vegas.
Puede cerrar el 2018 con un retorno memorable y para ello debe vencer a Mason Menard y seguir haciendo crecer su foja y sus promedios. El catracho puede y seguramente lo demostrará.
