Tampa Bay, Estados Unidos. (Agencias) – La inminente llegada de Tom Brady a los Buccaneers, que ya cuenta con un magnífico cuerpo de receptores encabezado por Chris Godwin –perfilado a ser uno de los WRs más cotizados de la NFL– apoyado por Mike Evans y O.J. Howard, hace soñar a la afición en el Super Bowl.
Godwin se convirtió en Buccaneer en el Draft de 2017. A pesar de ser elegido en tercera ronda, su talento ha sostenido en gran parte la ofensiva de Tampa Bay, ya que en sus tres años con la franquicia, Godwin presume 2,700 yardas y 17 anotaciones.
Si bien el despunte en la calidad de Godwin estaba proyectado para que se sucediera en máximo dos temporadas, la llegada de Tom Brady a los Buccs duplicará sus posibilidades en la próxima temporada.
Si en New England el objetivo favorito de Brady era su receptor Julian Edelman, en Tampa Bay Godwin se perfila a tomar ese lugar.
A sus 42 años, Brady ya no posee la misma fuerza en su brazo que solía tener al principio (la cual tampoco era de lo mejor en la liga). Sin embargo, la precisión de Godwin y la experiencia de Brady serán la combinación letal que dotará a un conjunto hambriento de pases completos y menos intercepciones.
Como recordatorio, Jameis Winston fue el quarterback con más intercepciones (30) en la temporada pasada; un lujo que los de Tampa Bay no podían darse.
En toda su carrera, Brady ha llegado como máximo a tener 14 intercepciones por campaña (en tres ocasiones), es decir, ligeramente menos de la mitad de lo «logrado» por Winston en una sola.
Queda por ver el tipo de esquema de juego que Bruce Arians buscará armar alrededor de su nueva joya, que a sus 42 años buscará su séptimo anillo de Super Bowl.
