Moscú, Rusia. (AGE) – Portugal debía ganar y asegurar el primer lugar de su grupo para evitar a propósito jugar contra un peso pesado en las semifinales de la Copa Confederaciones.
El objetivo luso estaba claro hasta desde antes de que comenzara el choque. Los vigentes campeones de la Eurocopa tenían que ganar y lo tenían que hacer goleando. Esa fue la premisa de Fernando Santos a unos jugadores que cumplieron con creces (0-4), pero que, además, supieron sufrir y manejar el partido en los momentos más complicados.
Este partido simbolizó el éxito de la Portugal más polifacética. Los lusos comenzaron pasándolo mal, dominaron de manera absoluta antes del descanso, sufrieron algún que otro susto cuando el crono marcaba la primera hora de partido y acabaron goleando y durmiendo la pelota con tranquilidad.
No fue sencillo el comienzo, pese a que se preveía que Portugal impusiera su ley desde el primer minuto. Fernando Santos alineó a un once ultraofensivo con dos centrocampistas creativos y tres hombres de ataque puro arriba. La poca contención en el centro les perjudicó desde primera hora y mientras Nueva Zelanda demostraba que quería despedirse de la Copa con una victoria.
Con una buena conexión entre Wood y el centro del campo, los neozelandeses exigieron en un par de ocasiones a Rui Patricío antes de que Danilo Pereira, en una pugna dentro del área rival, cayera derribado y le dejara el balón a Cristiano para que inaugurara el marcador desde los once metros.
El tanto del luso activó a una Portugal que volvió a marcar un par de minutos más tarde tras una gran jugada de Quaresma, el mejor del partido, que le puso el 0-2 a Bernardo Silva en bandeja. Eso sí, el flamante fichaje del City remató mal y se hizo bastante daño, teniendo que salir sustituido tras el descanso.
Antes de que llegaran los dos goles finales con los que Portugal cerró una goleada merecida, los de Santos tuvieron que sufrir. Pero supieron hacerlo. Supieron esperar atrás cuando Nueva Zelanda más se lo creía. Supieron despejar cualquier balón peligroso colgado al área por Thomas y Lewis y, sobre todo, supieron despertar cuando su rival estaba rebosante de confianza.
Nueva Zelanda se crecía cada vez más y rozó el 1-2 mediante un remate de Wood que salvó Bruno Alves sobre la línea. Una jugada que hizo que se vinieran abajo y que invocó a la ira portuguesa. André Silva, tras una jugada individual y Nani, quien entró en sustitución de un Cristiano que salió ovacionado, pusieron el 0-4 en los últimos minutos para dejar a Portugal en semifinales y como primera de grupo.
