Sebastian Vettel logra segunda victoria del año y asume el liderato en solitario
Vettel lidera el Mundial de pilotos con 68 puntos, siete más que Hamilton, con el que estaba empatado a 43 antes de empezar la tercera carrera de la temporada. Bottas se coloca tercero con 38.
Si en Australia había que poner la victoria en cuarentena, la de hoy no hace sino confirmar que «Seb» es un claro aspirante al título, que Hamilton ya no disfruta de las ventajas de estos años y que ha perdido cierto filo de competitividad en situaciones apretadas.
Por el contrario el tetracampeón ha aprendido a sufrir en estos dos años en Ferrari y emerge con el SF70H en un piloto más maduro y eficaz, para aprovechar cada resquicio que le conceden sus rivales. Bottas no es Rosberg y esa es una mala noticia para Mercedes, que tiene un serio problema, con un piloto que no puede oponer resistencia a Vettel en igualdad de condiciones.
Hamilton se vio adelantado (al salir por la zona sucia) por Vettel y luego se quedó encastrado detrás del alemán, que con un ‘undercut’ (atajo) magistral de Ferrari tomó el liderato. Un accidente de Lance Stroll (Williams), incapaz de ver por el espejo a un Carlos Sainz que no pudo evaporarse de la trazada, acabó por ser la tumba de Mercedes.
Bottas y Hamilton debieron entrar a boxes juntos, aprovechando el coche de seguridad, y Lewis ralentizó su entrada para frenar a Ricciardo y que así no pudiera adelantarle en la parada. Fue sancionado con cinco segundo de penalización que acabarían por sellar su derrota y el triunfo de Sebastian.
Fernando Alonso estuvo en su perfil heroico toda al carrera, batallando con el Renault de Palmer y el Toro Rosso de Kvyat, con al menos 80 caballos más de potencia en sus motores. Y pese a eso los pasó en repetidas ocasiones: al Renault por dos ocasiones, así como al Sauber de Ericsson.
Finalmente, estaba duodécimo, persiguiendo a un Pascal Wehrlein (Sauber) que jugó a una parada con éxito. Fue cuando su motor dijo basta a cinco giros para el final. Alonso, pese los lamentos por la radio y a la evidente falta de potencia en su motor, deja el sello de su clase. Cuando le llegue un propulsor decente, allá por Canadá, su regreso puede ser glorioso. Mientras, a preparar la Indy 500.