San Francisco, Estados Unidos. (HSI) – Mauricio Dubón ha conquistado los corazones de los hondureños. Su trabajo duro, su disciplina, su tenacidad y sencillez, tiene cautivado a un país que tiene pocos embajadores representando los verdaderos valores.
La cosa no es muy diferente en Estados Unidos, particularmente en San Francisco. Allí el hondureño ha comenzado a labrarse un nombre sólido. Sus actuaciones en los «Diamantes» tienen suspirando a los de la bahía.
El sampedrano si bien es cierto debutó con los Brewers (en donde disputó dos juegos en la MLB), ha sido en California donde ha vivido sus mejores días.
Dos jonrones, cinco carreras impulsadas, bases por bolas que muestran el respeto de sus rivales, bases robadas y tremendas jugadas defensivas, han dado al trasto con cualquier intento de enviar al pelotero catracho de vuelta a la Triple A.
Ha mantenido un promedio de bateo de entre .250 (actual), .267 y hasta de .307 en la Mayores, números que no son fáciles de sostener. Mauricio Dubón ha hecho un deleite de verlo en cada juego con los Giants.
Las camisetas con DUBÓN en la espalda comienza a hacerse ya una costumbre en San Francisco y quienes presumen ropa deportiva alusivas a Mauricio, también. El pelotero se ha encargado de mostrar al país como un lugar bueno donde buscar a la hora de ver béisbol, mas allá que la federación hondureña casi no existe y tampoco vive preocupada por generar un cambio y mas atletas del nivel de Mauricio.
Los Giants han usado la imagen de Mauricio Dubón con mucha frecuencia para anunciar las alineaciones antes de jugar y no se queda allí, promueven en sus redes sociales las jugadas del hondureño con tanta frecuencia que es imposible no notarlo. Aunque Giants no jugará seguramente las postemporada y eso le ha abierto la posibilidad de jugar con mas frecuencia, el «Secret Weapon» no ha dejado pasar la oportunidad y a base de buenas actuaciones se ha hecho de un lugar en el roster inicial pero mas aún en el corazón de los californianos.
«Dubi» como le conocen en la MLB, hace de las suyas en los gramados de pelota. Defiende, roba, conecta… y hasta se da el tiempo de volársela a Kershaw.
