Leipzig, Alemania. (AGE) – El encuentro comenzó muy de cara para el Leipzig. Lukas Hradecky, guardameta del Eintracht fue expulsado en el minuto 3 por cortar el balón con la mano fuera del área. El sueño del Leipzig seguía vivo. Los Alemanes quieren convertir la hazaña realizada por el Leicester la temporada pasada. El equipo de Vallejo se encontraba con 10 a las primeras de cambio. La moral debía de estar por los suelos a pesar de su magnífica temporada. Para colmo para los visitantes, un rebote iba a ser la acción en la que el Leipzig se adelantara en el marcador.
Todo esto ocurrió sin haber llegado al 10 en el minutero. Los locales saltaban de emoción y coreaban el nombre de los suyos. Y es normal, el tanto de Compper en el 6′ suponía seguir en lo alto de la clasificación. 3 son los puntos que les separan del Bayern. Su temporada está siendo espectacular, digna de historia y de orgullo futbolístico. Los siguientes minutos continuaron con el monólogo del Leipzig. Y eso que Timo Werner desperdició una increíble ocasión al errar un mano a mano con Lindner.
Sin embargo, el Eintracht despertaría por momentos en esta primera mitad. Rebic dispondría de dos buenas ocasiones para empatar el encuentro. Pero Gulacsi demostró quién manda en el Red Bull Arena. Y ese no es otro que el Leipzig. Los minutos continuaban corriendo y los locales se hacían con la posesión a la par que el Eintracht se desquiciaba con uno menos. Cuanto todo parecía que la primera parte iba a acabar, llegó un nuevo tanto del Leipzig. El fútbol maltrató al Eintracht en esta primera parte. Y es que, de nuevo, una jugada a balón parado supuso un nuevo tanto. Esta vez iba a ser Werner el que besase la red a pase de de Keita.
Tras estos primeros 45′ en los que el espectáculo reinó, llegó el turno para la segunda mitad. El encuentro se enfrió por completo, los dos protagonistas redujeron sus velocidades. Los errores salieron a la luz. Los pases no llegaban, las líneas no se mostraban tan compactas y el juego no mostraba los mismos síntomas que la primera mitad. Fue entonces cuando Ralph Hasenhüttl, entrenador del Leipzig decidió dar descanso a Poulsen dando entrada a Selke.
Las interrupciones se fueron produciendo minuto a minuto, jugada a jugada. Los bostezos estaban en las bocas de cada aficionado. La vuelta a casa en la mente de todos. Pero ocurrió. Selke, que llevaba poco en el terreno de juego la puso para Halstenberg convirtiera un nuevo tanto. Disparó desde fuera del área y anotó gracias a su precisión en el disparo. El Eintracht moría lentamente sin saber cómo había ocurrido este desastre. Si la primera parte se pareció una cinemática del ‘Señor de los anillos’, la segunda pareció un debate de sálvame.
Mucho hablar y poco hacer. Eso es lo que pasó en los minutos finales. Un sin fin de cambios interrumpió los últimos 20 minutos. Las infracciones también paliaron un fantástico encuentro. Así mismo, el Leipzig se sigue resistiendo a caerse de la cima. El entorchado doméstico no es una obsesión pero sí uno de los mayores sueños. El hito parece lejano pero nunca hay que darse por vencido. La primera vuelta de la campaña fue para recordar y quién sabe si podrán mejorar sus registros en la segunda.
