De Puy Mary a Joux-Plane, la montaña será la gran protagonista en 16 etapas del Tour de Francia-2016, que comienza el sábado en el majestuoso Mont-Saint-Michel, de un recorrido de 21 jornadas y 3.535 kilómetros.
«Es la primera vez en la historia del Tour», subraya su director Christian Prudhomme, ‘creador’ junto con Thyerray Gouvenou de este original itinerario que pasa de Normandía a los Pirineos y visita cuatro de los cinco grandes masivos montañosos de Francia (Masivo Central, Pirineos, Jura y Alpes).
«Habrá que ser un verdadero montañero», añade Prudhomme sobre los requisitos del futuro ganador, ya que deberá saber tanto ascender como descender. El recorrido incluye cuatro llegadas en alto (Arcalis, Ventoux, Finhaut-Emosson y Saint-Gervais Mont Blanc) y cuatro finales de etapas de montaña al final de un descenso (Payolle, Luchon, Culoz y Morzine).
«Joux-Plane, donde no hemos ido desde hace diez años, y su descenso a Morzine son un poco el símbolo del recorrido de este Tour de Francia», explica el director de la carrera.
Esta etapa está programada 24 horas antes de la llegada a los Campos Elíseos, el 24 de julio, por lo que puede que la carrera se decida en este puerto fuera de categoría en la víspera de la gran fiesta final, en una situación similar a las de 2009 (Ventoux), 2013 (Semnoz) y 2015 (Alpe d’Huez).
– La referencia Mont Blanc –
Al contrario que el año pasado, las primeras subidas llegarán pronto, en la quinta etapa de carrera (Le Lioran). Las cuatro primeras jornadas son favorables a los velocistas, que deberán dominar el sábado en Utah Beach, pero también para los hombres explosivos, que esperan su oportunidad el domingo en Cherbourg.
El paso de Peyrol, el otro nombre de Puy Mary, es una de las bellezas naturales del Masivo Central, abrirá el final tormentoso de la etapa de Lioran (quinta). Dos días más tarde se entrará en los Pirineos, con un tríptico que termina con la larga subida de Arcalis, en Andorra.
Dos montañas fuera de categoría esperan a continuación a los corredores en la segunda semana. El Ventoux, al que se llega el 14 de julio, y el Grand Colombier, tres días más tarde.
Entre ambos, la primera contrarreloj, de 37,5 kilómetros, en las exigentes carreteras de la Ardeche para alcanzar la Caverne du Pont-d’Arc.
Después de la segunda jornada de descanso en Berna, el Mont Blanc será la referencia en la tercera semana. La cima más alta de Europa será visible en las cuatro etapas de los Alpes, que determinarán la clasificación general.
Entre las dos llegadas en alto de Finhaut-Emosson y Bettex (Saint-Gervais Mont Blanc), la segunda contrarreloj, más ventajosa para los escaladores.
Sin ninguna duda, la 103ª edición del Tour de Francia busca algún montañero en el pelotón para ofrecerle su corona.
rgg / AFP
