Washington, Estados Unidos. | HSI |
Anoche Espn, en su versión en inglés, publicó una nota de más interesante. Con datos e información que hace pensar el mundo irreal en que se puede vivir cuando el dinero llega de forma tan fácil y te rodeas de la gente mas rica y poderosa del mundo.
Este trabajo hecho por tres periodistas, Shaun Assael, Brett Forrest con Vivek Chaudhary, muestra la cara mas sucia de la Fifa, Concacaf y de muchos ejecutivos a quienes se han tenido como gente digna.
«Chuck Blazer, quien vivía en un apartamento de US. 18,000.00 al mes en la Torre Trump, con su vista al Central Park de Nueva York, de pie solo en un panel de la corte y con un pequeño equipo de agentes del FBI, condicionado a un dispositivo de grabación, sólo quiere permanecer fuera de la cárcel aunque sea por unas horas.
El nativo de Nueva York casi no se parecía a su imagen como un hombre de Estado del Fútbol,un famoso vividor que hizo tanto dinero para el organismo rector internacional del juego, la FIFA, que fue aclamado como su negociador virtuoso. Cenó a menudo con jeques y herederos en los restaurantes de moda y asistió a eventos de la sociedad con un elenco rotativo de acompañantes. Su blog personal de viajes lo presenta con gente de la talla de Bill Clinton y Vladimir Putin, o la Miss Universo. Esas 400 libras, con una barba blanca y rebelde melena que lo hacía parecer Santa Claus, hablaba como un albañil y vivía como un magnate.
El gran secreto de Blazer mientras miraba hacia abajo en las calles de Manhattan, parece tan obvio ahora: Él se había apropiado de su fortuna a través de comisiones ilegales y sobornos. Y la gente que dejará al descubierto la estafa, estaban con él, en su apartamento, a punto de acabar con él antes para luego acabar con la FIFA.
Espn ha compilado hasta ahora documentos de la infiltración del gobierno en la FIFA. En los últimos seis meses, obtuvo correos electrónicos internos del FBI, documentos confidenciales escaneados del Departamento de Justicia y entrevistó a docenas de fuentes de alto nivel que trabajaron en el interior de la FIFA, el Departamento de Justicia de EUA y las fuerzas del orden mundial. Lo que emerge es la historia de cómo Blazer entra en el interior de la FIFA y ayudó al FBI a penetrar un organización que estaba masivamente corrupta.
Blazer sabía todo acerca de la Confederación Norte, Centroamericana y del Caribe de Fútbol, o la CONCACAF. Había asistido a sus reuniones cuando estaba con la Federación de Fútbol de los Estados Unidos, y sabía que era una filial de la FIFA con los burócratas envejecidos. También sabía que era el lugar para hacer su nombre, por lo que planeó a su propio candidato a la presidencia de la confederación, Jack Warner, ex maestro de escuela de Trinidad y Tobago que era una estrella política en ascenso en el mundo del fútbol del Caribe. A través de Warner, Blazer aseguraría su propia ascensión.
Su blog de viajes pasó de ser una colección de fotos de la familia a una crónica de su tiempo con los líderes mundiales: Nelson Mandela y Desmond Tutu y el Papa Juan Pablo II. Hubo una serie de fotos con Vladimir Putin, con quien Blazer se reunió en agosto de 2010 cuando viajó a Moscú para inspeccionar los lugares que Rusia propone como parte de su candidatura para organizar la Copa del Mundo de 2018. De hecho, a Blazer le gustaba contar una historia sobre cómo se registró en el Ritz-Carlton, al otro lado del Kremlin, y fue llevado a una reunión privada en el edificio de oficinas de la Federación de Rusia. Allí, el propio Putin interrumpió la discusión para dar la bienvenida a Blazer: «Te ves como Karl Marx», dijo el entonces primer ministro. Un momento más tarde, Putin se puso serio, diciendo a su huésped que la seguridad de la Copa del Mundo era una prioridad de la firma. «Vamos a mostrar al mundo lo que Rusia está a punto», dijo Putin.
Y lo hicieron. En diciembre de 2010, dentro de la gran sala de la sede de la FIFA, el presidente, Joseph Blatter, presidió una ceremonia para anunciar los países anfitriones de las Copas de 2018 y 2022 en una sala llena ese día con la realeza del fútbol junto a reyes y príncipes reales. Blazer trabajó muy bien dentro del salón estrechando la mano de, entre otros, el príncipe Guillermo y David Beckham. La aglomeración de dignatarios fue tan completa que Bill Clinton, el presidente de honor de la candidatura de EUA, tenía un asiento sólo en la segunda fila, detrás de Blazer.
Eso muestra claramente hasta donde llegaba el poder de Blazer.
La Comisión Europea dijo que había llegado el momento de cambiar la FIFA. A su favor ha tenido al presidente ruso, Vladímir Putin, que detrás de la investigación del escándalo ve una conspiración para arrancarle a Rusia el Mundial de 2018 (por parte de Estados Unidos y del mismo Blazer).
Los Estados Unidos juegan un papel crucial y junto con ellos todos los nexos comerciales que tienen en Europa, principalmente en el Reino Unido.
La petrolera Castrol, la cosmética Johnson & Johnson y Continental se unen al malestar de Visa o Coca-Cola.
Pese a todo, Blatter salió victorioso en las elecciones celebradas, pero luego algo pasó. En 90 horas, como si se tratase de un cambio en la estrategia del partido, Blatter renunció. Las cosas visibles ahí están, todo el círculo cercano a Blatter con la suciedad hasta los bigotes, Rusia y Qatar con procesos muy poco transparentes para la elección de las sedes.
Pero también hay que poner en perspectiva la posición del otro bando, la de los “buenos”, de los “justicieros”, de la “policía del mundo” (FBI), del eje conformado por los Estados Unidos y la Gran Bretaña, particularmente Inglaterra.
Los ingleses querían, quieren el mundial del 2018 y los Estados Unidos el de 2022. “Casualmente” todo el descubrimiento de la corrupción vino mediante el rastreo de cuentas bancarias en los Estados Unidos. País que por cierto tiene acusaciones muy serias de corrupción por la designación de la Copa América de 2016.
En conclusión y a pesar de la que las elecciones son en febrero 26 para elegir nuevo presidente de la FIFA, todo avanza para nada se aclara y mientras tanto Blatter se ha mantenido desafiante. El 21 de diciembre, el comité de ética de la FIFA le prohibió actividad en el fútbol durante ocho años. Al día siguiente, se dirigió a los medios de comunicación con un gran vendaje en su mejilla derecha – que había sido sometido recientemente a cirugía de remoción de lunares, y dijo: «Yo sigo siendo el presidente, incluso si me suspenden, sigo siendo el presidente.»
Una fuente cercana a la familia de Espn, dice que Blazer está postrado en la cama de una habitación de un hospital en el norte de Nueva Jersey. Con un tubo por la garganta, como único testigo el FBI y que por ahora es incapaz de hablar y solo se comunica por medio de un teclado.
En noviembre pasado, se aplazó la sentencia de Blazer. Los fiscales dicen que todavía lo pueden tener para testificar en el asunto del FBI versus FIFA.
