París, Francia. (EFE) – Los islandeses, con muy poco fútbol, se adelantaron en la primera mitad con un tanto de Sigurdsson de penalti, pero Hungría empató en los últimos instantes merced a un gol en propia puerta de Saevarsson.
Hungría puso pie y medio en los octavos de final de la Eurocopa gracias al empate cosechado ante una férrea Islandia que sólo dejó resquicio para el empate en los últimos instantes del choque.
Los islandeses mantuvieron ante Hungría el fútbol defensivo que tan buenos resultados les dio ante Portugal. Esta vez no tuvieron que remontar, sino que se adelantaron y sólo un desafortunado tanto en propia puerta a dos minutos para el final les arrebató una victoria que les hubiera colocado prácticamente en octavos de final.
Ahora, tras el empate húngaro, tendrán que jugarse la clasificación contra Austria, mientras es el equipo centroeuropeo el que tiene prácticamente asegurada su presencia entre los 16 mejores de Europa.
Guión repetido.
El comienzo islandés fue un calco del planteado en el choque ante Portugal. Islandia regaló la posesión y se limitó a meter en el área húngara todas las acciones a balón parado y saques de banda de que dispuso en el partido. Así esperó crear peligro y así lo consiguió a la postre, aunque durante todo el partido los que más pusieron para ganar fueron los húngaros.
Comandados por un omnipresente Dzsudzsák, los centroeuropeos se hartaron de intentar derribar la barrera islandesa, pero no dispusieron de ninguna ocasión en la primera mitad al margen de un chut con efecto de Kleinheisler. En cambio, Islandia tuvo una clarísima, en un disparo de Gudmundsson que sacó con mucho éxito Király a córner, y disfrutó de un penalti dudoso que le sirvió para mandar durante todo el encuentro.
El guardameta falló al atrapar un balón aéreo y, casi sin quererlo, cayó encima del central Sigurdsson. Su compañero Gylfi no falló y puso en ventaja a los islandeses justo antes del descanso.
-Intento y remontada húngara-
El tanto reforzó la idea defensiva de Islandia, que repitió el guión en la segunda mitad. Hungría se estrellaba una y otra vez contra la defensa bien plantada de los escandinavos y, pese a que comenzaba a crear más peligro, el empate parecía lejano.
Kleinheisler y Dzsudzsák se hartaban de intentarlo sin mucho éxito y fue a raíz de la entrada de Böde y Nikolic por Stieber y Priskin cuando los húngaros comenzaron a imponerse. Storck se la jugó y metió a Szalai por un defensa, Juhász, y el tanto del empate terminó de llegar casi sin saber cómo.
Nikolic se hizo con un balón suelto, profundizó y centró al área pequeña, donde Saevarsson se la introdujo en su propia portería. Justo premio al mayor despliegue ofensivo de un equipo que, con todo, estuvo a punto de ver cómo Gudjohnsen, en el descuento, le daba los tres puntos a Islandia con un remate tras un rechace a balón parado.
No lo consiguió y los húngaros ya celebran un empate con sabor a victoria que casi les pone en octavos. Islandia tendrá que seguir luchando pese a la buena (aunque defensiva) imagen dada en los dos primeros choques.
