Agregó que las acciones de la FIFA se han traducido en «sanciones económicas bastante fuertes que afectan enormemente las finanzas de la Federación», de las que enfatizó que están «bastante deterioradas».
Mejía subrayó que se trata de «dos multas muy fuertes» que representan 65.000 dólares, la primera de 50.000 por mal comportamiento de algunos aficionados durante el partido contra Canadá, en San Pedro Sula, norte de Honduras.
La segunda sanción, de 15,000 dólares, fue por algo similar en el Estadio Azteca, de México. Ambos partidos se disputaron en septiembre.
El dirigente de la FENAFUTH indicó que los gritos contra Canadá fueron «recogidos por oficiales incógnitos» de la FIFA, lo que también habría sucedido en México por un reducido grupo de «supuestos aficionados de Honduras».
La sanción de la FIFA representa un duro golpe para la FENAFUTH, que además ha sido salpicada por un caso de corrupción ligado al máximo organismo del fútbol.
Ese escándalo le costó el cargo y prisión temporal en Nueva York a los últimos dos presidentes de la FENAFUTH, Alfredo Hawit y Rafael Callejas, quienes enfrentan el juicio en libertad condicionada en Miami, sur de Estados Unidos.
Mejía le hizo un llamamiento a los aficionados hondureños a que apoyen a su selección en los próximos partidos de la eliminatoria para el Mundial de Rusia 2018, que iniciará en noviembre por la Confederación Norte, Centroamérica y el Caribe de Fútbol (CONCACAF), pero no cantos homofóbicos, ni ningún tipo de ofensas.
Además, dijo que ahora la FIFA no permite que las sanciones económicas que le impone a sus países miembros se deduzca del dinero que les aporta, sino que hay que pagarle en efectivo.
Con la falta de liquidez que enfrenta la FENAFUTH y la sanción de la FIFA, su situación se ha vuelto «gravísima», expresó Mejía.
