Madrid, España. (Agencias) – Mohamed Salah tiene en el Wanda Metropolitano la oportunidad de resarcirse del amargor de la última final de Champions, la cual abandonó lesionado tras una voltereta en una pugna con Ramos que dio la vuelta al mundo. El egipcio, que no jugó la vuelta de ‘semis’ ante el Barcelona, una de las claves ‘red’.
-Mohamed Salah quiere guiar a Liverpool a su sexta «Orejona»-
El egipcio sabe perfectamente lo que es tocar fondo, ser derrotado en el día que has estado esperando toda tu vida. Hace un año, cuando el Liverpool hacía temblar al Madrid en Kiev, su clavícula le dejó fuera de juego. Entre lágrimas, como pocas veces se le ha visto. Icónica es su voltereta en una lucha con Ramos, que provocó ríos de críticas contra el central en los cinco continentes.
Salah, en una entrevista posterior con ‘Marca’, no ocultó la profunda decepción que le supuso aquella acción. «Dejar la final fue el peor momento de mi carrera», desveló el egipcio, que al menos se recuperó a tiempo para ser partícipe de la histórica presencia de su país en Rusia: «Llegué a pensar que me perdía el Mundial, fue devastador».
Este sábado, huelga decirlo, Salah será una de las tres patas del ataque de Jürgen Klopp, que también recupera para la causa a Firmino. Salah, Mané y Firmino, qué bien suena. El zurdo, al fin, quiere dejar por un día de ser el príncipe de Egipto para convertirse en el rey de Europa. Su motivación, por las nubes. Su ilusión, también.
Pocos entienden mejor que él el libreto de Klopp, que ha logrado convertir a un gran proyecto de futbolista en toda una estrella mundial. De marcar 19 goles en su último año en la Roma, pasó a anotar 44 en su primer curso en Liverpool. De locos. En el Wanda, el recuerdo de Ramos quedará enterrado. También el golpe contra Dúbravka. Solo habrá fútbol, y del bueno, por delante.
