Madrid, España. (HSI) – Honduras pierde hijos todos los días. Muchos de estos son atletas inmigrantes que parten a diferentes partes del mundo hoy día, especialmente a España.
La falta de oportunidades, poco apoyo en sus carreras deportivas y en algunos casos, tener su vida en la línea peligrosa de la vida y la muerte, son factores para la salida de atletas hacia el extranjero.
Hemos investigado lo que al inmigrar viven nuestros atletas y lo que deben pasar para ir logrando algunos de sus objetivos.
El número de hondureños rumbo al extranjero se triplicó entre 2019 y 2020, ya que prácticamente más de un millón de hondureños está viviendo lejos del país, representando cerca del 11% de la población total hondureña (La Prensa).
La gente de Honduras ha emigrado desde hace tiempo. Huyen de la violencia del crimen organizado, de la miseria económica y de la indiferencia de un gobierno liderado por un presidente acusado de tener vínculos con el narcotráfico (NYT).
El idioma no es un cerco a superar en España pero si hay muchos factores que deben sortear en aras de poder destacar, lograr oportunidades y lo que es mas importante: apuntar a la meta.
Los atletas inmigrantes aunque logran hallar alternativas, la ilegalidad les pasa factura en cuanto a poder hacerlo como el alto rendimiento requiere.
Racismo, problemas de dinero, aceptación, ganas de crecer en sus carreras y hasta no poder vivir ante los riesgos de Honduras, los han llevado fuera de estas fronteras.
Una boxeadora que busca abrirse carrera lejos del pacífico hondureño
«En el año 2015 tomé la decisión de emigrar a España en busca de nuevas oportunidades. Emigré a España porqué creía en ese momento que era mejor», nos comenzó diciendo Keylin Maradiaga Montes, nativa de El Triunfo, Choluteca, al sur del país.
«Mi única compañera fue mi maleta que vino llena de ilusiones, metas, sueños igual que uno llegan y de alguna manera se te van y lo único que queda es sobrevivir», siguió contando.
«Los primeros años son difíciles, la soledad pega y duro tienes que aprender a convivir sola», agrega la boxeadora catracha.
Keylin Maradiaga está a punto de dar el paso de amateur para entrar ya de lleno a profesional. Trabaja, estudia lo que puede y entrena.
Vive con una agenda de vida muy agitada pero espera recibir las oportunidades que en Honduras nunca halló.
«El racismo no existe, no le doy espacio en mi vida. No me doy por aludida muy fácil, para mí todos somos iguales así que tengo limpia mi mente de esas cosas».
«Quiero ser campeona del mundo para Honduras y estoy consiente de que hay que trabajar mucho para conseguirlo», nos dijo la sureña.
De momento, Keylin ya es campeona de Madrid en los 48 kilos.
Eludir las pandillas y conservar su vida
En el caso de Luis Enrique Andino, la vida lo llevó a Gelves, Sevilla. «Tuve que inmigrar a España porque las pandillas me molestaban mucho», nos comenzó diciendo.
«Al principio que vine a España fue todo bonito, luego me quería volver a mi país porque no tenía amigos y no me acostumbra al estilo de vida de España», siguió.
«Luego con el tiempo me fui acostumbrando y hasta me adapté al estilo de vida de aquí. Aunque pensar en mi vida me mantuvo acá», agregó.
Competir se volvió un problema, pues sin documentos, es casi imposible hacerlo en torneos oficiales y que dejan buen desarrollo.
«La mayor dificultad que he tenido es que no he podido hacer mucho campeonatos de España por falta de papeles», nos dijo sobre ello.
A pesar de la distancia y a irse casi por obligación, su mayor suelo es representar a Honduras. «Como atleta aspiro ser un gran boxeador y poner a Honduras en lo más alto que se pueda».
De momento lo hace bien y ya ha ganado torneos en España.
Su familia lo llevó de viaje y el fútbol lo dejó en Madrid
«Vine a España con el objetivo de ver a mi padre y abuela, ya que tenía ocho años sin verlos; mi vuelo de regreso hacia Honduras estaba programado para enero de 2015, pero estando aquí me dijeron que tenia que quedarme, en ese momento mi vida cambió y tuve que cambiar ‘el chip’», nos comenzó diciendo el futbolista del Fuenlabrada, Héctor Martínez.
El clima como a todos, le jugó malos momentos pues con un cuerpo no adaptado, se enfermó con frecuencia.
«Me adapté bien, excepto por el frío que cada vez que el clima cambiaba me resfriaba mucho, pero creo que ya nos hemos acostumbrado».
«Mi mayor anhelo es representar a Honduras y darle esas alegrías a mi pueblo así como nos la dieron la generación pasada a nosotros. Llegar a lo más alto posible y poder cumplir muchas promesas y sueños que tengo».
Aunque su mayor problema ha sido adaptación, el caso de Héctor Martínez es algo diferente pues su padre ha sido un gran proveedor.
Probó con el Leganés y ha ido creciendo en su carrera de futbolista. Su situación se ha normalizado y sigue con sus sueños ahora con el Fuenlabrada.
De kinesiólogo de primera a buscar opciones que siguen sin llegar
Bryan Fonseca es un especialista en recuperar atletas. En Honduras se le recuerda en el Real España, equipo de primera división y ahora en Espala buscando una oportunidad real.
Se fue en busca de hallar un ingreso mejor pues en Honduras se le hacía muy difícil cumplir uno de sus grandes sueños: abrir su clínica.
«Acá (España) es muy difícil para un hombre sin documentos poder hallar un empleo serio. Adaptarse a la comida y otros detalles mi esposa jugó un papel especial».
«Tuve que volver a estudiar mi profesión acá ya que tampoco es fácil la validación, sin el título español es muy complicado», agregó.
Ahora Bryan es además quiromasajista, que lo obtuvo en España y se suma al título ya obtenido en Honduras.
De momento hace trabajos aislados de manera de ir haciendo una reputación que le permite cumplir sus sueños.
El sueño sigue intacto y tener su propia clínica, ahora en España, sigue en pie. Para ello, deberá sortear muchos obstáculos burocráticos.
Bryan además valora el coraje, la valentía y el empeño que debe poner para salir adelante en tierra ajena. Las leyes son duras cuando no hay documentos de residencia, pero su fe es inquebrantable.
Jaxon Mondragón, futbolista que alterna entre España y Alemania
Hace poco mas de tres años este futbolista que ha entrado por España a Europa pero que alterna en el fútbol alemán, llegó con el deseo de superación y sobre todo sacar delante a su familia ante la falta de oportunidad en Honduras.
A pesar de ser un graduado de maestro de primaria y un chico con dotes futbolísticos no contó con la oportunidad correcta.
«Todo se tornó difícil y llegar hasta un nivel de frustración personal ya que buscar y no hallar te lleva a eso», comenzó diciendo.
«La etapa de condicionamiento como todos cuando salimos del país es bastante difícil pero por ser un país de habla hispana se tornó más favorable en ese sentido», siguió.
«Las costumbres rápidamente las adopté de manera considerable dentro de lo que cabe», nos contó Jaxon.
La mayor dificultad que ha vivido para sacar adelante su carrera ha pasado por su documentación que es un futbolista extracomunitario y por ende se le han cerrado las puertas de optar a un nivel más alto.
«Desde que he llegado al país he sacrificado mucho tiempo trabajando duras jornadas de trabajo en construcción y desde luego eso ha evitado dedicarme al 100 de mi tiempo al fútbol», no cuenta con pesar el hondureño.
Sus sueños siguen en pie y eso lo tiene claro a pesar de las vicisitudes. «Lo que me ha ayudado a poder estar haciendo deporte hoy en día ha sido mi determinación en cada momento. En donde por muchos altibajos y buenos momentos no he bajado los brazos».
«Me siento dichoso de no solo haber jugado aquí en España si no también en Alemania dejando todo y demostrando mi capacidad y talento», nos cuente emocionado.
Para mejorar sus condiciones de desarrollo en el fútbol, Jaxon dice tener claro que necesita.
«Lo que necesito realmente para explotar mi potencial sobre es tener mi documentación muy pronto y así poder dedicarme por completo al fútbol».
«De esa manera sin necesidad de sacrificar horas y horas de trabajo y por ende en circunstancias difíciles y descuidando el fútbol», nos siguió diciendo.
Otro de sus sueños es poner la bicolor de Honduras. «La posibilidad de representar a mi país, es el sueño de todo futbolista, el mío también».
«Llegar a la cumbre más alta que puede lograr un deportista y considero como la puerta final en dónde verdaderamente se demuestra de lo que estamos hechos».
«Para llegar allí hay que seguir dando lo mejor de mí y abrirme con esfuerzo eco aquí en Europa y hacerlo llegar en nuestro país».
Dejamos esta nota con esta frase de Mondragón: «si pierdes, sé paciente, si ganas, sé humilde. Goliat era alto pero David era grande porque estaba con Dios. No desistas de tu objetivo».
Mas atletas inmigrantes se puede sumar en esta lista, Jimmy Barahona que juega en el fútbol de Madrid.
Sin duda, los atletas inmigrantes seguirán haciendo el viaje, cada vez con mas dificultades que supone que generalmente es sin documentos que regularicen su estatus migratorio.
Honduras sigue siendo sede de grandes males. Un poblador promedio lucha y mitigas estas complicaciones. Un atleta, no.
Otros atletas, pequeños que sus padres han llevado de forma irregular u otros nacidos en España pero de padres hondureños, salen adelante de formas diferentes. Aunque son atletas inmigrantes como los mas adultos, ven la vida con otros ojos.
Héctor Mejía y el de Emir Montoya, fichajes del FC Barcelona en las categorías mas pequeñas en fútbol y futsal, demuestran nuestro punto.
La migración de atletas a nivel mundial no se detiene, la hondureña tampoco. Todos luchan por sus sueños, todos sudan por alcanzarlos. ¡Que el éxito les alcance!.
A lo largo de este siglo, la migración ha sido de forma continua y sostenida. Para 1990 se calculaba que había un estimado de 156,000 hondureños viviendo fuera del país, representando el 3% de la población. Este número se duplicó a inicios del año 2000 con más de 340,000 hondureños fuera del territorio. El número se triplicó entre 2019 y 2020 y creció en 2021. Prácticamente hay mas de un millón de hondureños viviendo lejos del país, representando a casi el 11% de la población total hondureña. (UNAH).
