El Blog de Jaume Vinyas: Fondo de armario
Barcelona, España. | HSI |
El Athletic casi nos jode el sextete por segundo año consecutivo. Finalmente, se impuso la lógica aplastante del Tridente pero la eliminatoria deja al descubierto carencias importantes en la composición de la plantilla. Hay un gran once pero no se cubre una convocatoria con jugadores de plena confianza. Los éxitos, este año, van a depender de la ruleta de las lesiones. El año pasado, es cierto, ya pasaba algo parecido. Por eso, este año las probabilidades de llegar indemnes a mayo son menores. Y los malos son un año más mayores.
Mascherano, Vermaelen y Mathieu solo pueden volver a comparecer juntos si es ante un pelotón de fusilamiento. Duele especialmente la decadencia del “Jefecito”, tan admirado por tomar el testigo de Puyol en cuanto a bravura. Pero ya lo dijo Messi: “El fútbol no se trata de poner huevos”. Y eso, ya lo saben, es palabra de dios.
El auténtico fraude protagonizado por Mascherano no es el que dirime con Hacienda en un juzgado, sino que llegara al club como mediocentro. Tenemos al mejor jugador de la historia, al mejor del mundo y al mejor goleador pero el único insustituible es Busquets. Patético que un equipo como el Barcelona tenga que recurrir al mediocentro, en estado febril, para poner un poco de orden. Demasiado tardó Luis Enrique en mandar al argentino a donde merece estar, el fondo del campo. O del mar.
En exceso se echó de menos, también, a Iniesta aunque Sergi Roberto recuperara el tono en la segunda parte y nos ofreciera algún detalle interesante del centrocampista prometedor que es, aunque siga basculando peligrosamente en la línea que separa al crack de explosión tardía y al futuro jugador del Espanyol.
Pese a todas las sombras, el equipo se plantó en su sexta semifinal de Copa consecutiva y con un cuadro a priori muy favorable, aunque mejor será que no nos confiemos. A Luis Enrique aún se le podría ocurrir alinear a Adriano en algún momento de las semifinales.
Ya queda menos para completar el primero de los dos grandes objetivos de cada temporada: silbar el himno en la puta cara del Rey. Este año, sin embargo, nos perdemos la compañía de los amigos vascos. Al menos ya no nos joderán el sextete.