Redacción HSI. – Hoy no es un día cualquiera para el deporte mundial. Roger Federer, el mejor tenista de la historia, está de cumpleaños y al mismo tiempo, el Dream Team celebra un año mas de haber conquista Barcelona en 1992 con la primera versión (original) de sus equipos de ensueño.
Roger Federer se encuentra en un momento cumbre de su carrera. El que para muchos es el mejor jugador de la historia, ha cumplido hoy martes 36 años en una forma que querrían jugadores de 25. En este 2017 ha jugado 33 partidos y sólo ha perdido dos, contra Donskoy en Dubai y contra Haas en Stuttgart. La ATP se ha encargado de felicitarle con un precioso vídeo, en el que muestra sus mejores momentos.
Roger Federer venía de la peor temporada de su carrera, desde el año 2001, ya que el año pasado no consiguió ningún título. Pero el parón que realizó tras perder en las semifinales de Wimbledon ante Milos Raonic, le ha venido muy bien. El suizo empezó la temporada dejando dudas en la Copa Hopman, ya que ganó a Evans y a Gasquet, pero perdió contra Alexander Zverev.
Sin embargo, llegó el momento de la verdad en el Open de Australia y Roger Federer demostró que se encontraba en un gran momento de forma. El suizo venció en la final a Rafa Nadal, en un partido que trasladó a los aficionados al tenis a una de la mayores rivalidades deportivas que ha existido en la historia.
Esta inyección de moral sirvió a Roger Federer para el resto del año. Con el juego más agresivo que ha utilizado en su carrera, el ‘expreso suizo’ encontró la fórmula para ganar al que ha sido su némesis: Rafael Nadal Parera. Indian Wells y Miami fueron las siguientes paradas en el calendario del helvético y en ambas arrasó al español. 6-2 y 6-3 en California y 6-3 6-4 en la final de Cayo Vizcaino fueron los resultados que demostraban que, el hombre que lleva 302 semanas como número uno del mundo, había encontrado la fórmula para vencer al manacorí.
En una decisión que dividió la opinión de los expertos en tenis, Federer optó por no jugar en toda la gira de tierra batida. La superioridad que a lo largo de los años ha demostrado Nadal en el polvo de ladrillo y la necesidad del suizo de estar bien cuando llegara la hierba, su superficie predilecta, le llevaron a tomar esta decisión, que a la postre parece acertada.
Su derrota en la primera ronda de Stuttgart ante el veterano Tommy Haas animaron a sus detractores a criticar esta decisión. Sin embargo, esa fue la última derrota del suizo. Desde aquel día, Roger no es que no haya perdido un partido, es que ni siquiera ha habido un tenista que le haya robado un set. 12 encuentros consecutivos entre Halle y Wimbledon, en los que demostró una superioridad pasmosa, que le dio ambos títulos.
-Dream Team para conmemorar en el aniversario de Roger Federer-
Barcelona 1992 recibió con los brazos abiertos a los jugadores de los Estados Unidos con profesionales de la NBA. Su estadía no fue en la Villa Olímpica, las estrellas de la NBA tenían dos o más pisos bloqueados para ellos y sus familiares, en el lujoso hotel Ambassador de Catalunya.
El primero en ser citado fue el base de Los Ángeles Lakers Magic Jhonson, quién padecía HIV. Éste llamó y convenció a Larry Bird. La duda pasaba por saber si Jordan iba a estar. La marca patrocinadora del 23 de los Bulls ejerció presión pero fue su ladero y amigo Scottie Pippen quién convenció para que MJ participara de los Juegos.
Isiah Thomas, figura de los Bad Boys no fue aceptado por el plantel. Su comportamiento antideportivo era mirado de reojo por Jordan, Bird y Magic. Finalmente le cerraron las puertas.
En ese momento los ojos de los especialistas se posaron sobre el joven universitario (Louisiana State), el gigante de 2.15, Shaquille O’Neill. Finalmente el elegido fue Christian Laettner, jugador egresado de la prestigiosa Universidad de Duke ( enorme cantera de basquetbolistas).
Fueron dos semanas en las que un grupo de extraterrestres se disfrazó de seres humanos para regalara a los aficionados los mejores momentos de baloncesto que, por aquel entonces, se podían ver en una cancha. Fue el sueño de una noche de verano del cual todavía no hemos despertado.
