Doha, Catar. (EFE) – El estadio de Lusail, en el que se jugará el partido inaugural, la gran final y varios encuentros de la fase de grupos es un joya arquitectónica.
Se encuentra 20 kilómetros al norte de la capital y fue diseñado por el estudio de Norman Foster, galardonado con el Premio Pritzker, el más prestigioso reconocimiento en el ámbito de la arquitectura.
El estadio 974 está en Ras Abu Aboud. Inaugurado el 30 de noviembre de 2021, es un lugar temporal que albergará partidos durante la Copa Mundial, después de lo cual será desmontado.
Lusail, la joya de la corona
Con capacidad para 80.000 espectadores, su diseño recuerda a los cuencos tradicionales árabes hechos a mano y sus luces consiguen un efecto de vida en el exterior.
Inspirado en los farolillos fanar, y sus juegos de luces y sombras, el exterior del estadio se va iluminando poco a poco con una luz cálida que arranca con la caída del sol, mientras que el interior es un festival de luz y sonido.
Catar no solo no ha reparado en gastos para sus estadios, sino que la ciudad acoge a los mejores arquitectos del mundo.
Su empeño por darle un sentido estilístico moderno y tecnológico al país, y convirtiendo a sus edificios en obras de arte.
Una construcción polémica
Los estadios no solo destacan por su diseño, sino por la enorme polémica que gira en torno a su construcción por las condiciones laborales.
Diversas organizaciones defensoras de los derechos humanos han denunciado abusos, impagos o condiciones laborales extremas que han provocado miles de muertes.
En concreto, una investigación de The Guardian cifra en 6.500 los fallecidos en estas tareas desde 2010.
Mientras que la organización Human Rights Watch (HRW) responsabiliza a la FIFA de adjudicar el Mundial sin la debida diligencia en materia de derechos humanos.
Sin establecer condiciones sobre la protección de los cerca de 30.000 trabajadores migrantes empleados, señalan a la FIFA.
