China: la Superliga que busca ser una superpotencia futbolística mundial
Qingyuan, China. (NYT) – No es ningún secreto que China a través de su Superliga de fútbol está atrayendo jugadores de los clubes mas importantes del mundo.
Muchos son los nombres que ya fueron seducidos por los enormes salarios que sumarán a sus cuentas bancarias y muchos los clubes que ante la posibilidad de hacerse de unos cuantos Euros de mas, ceden sus jugadores con jugosos dineros por transferencias. El último caso, Pierre-Emerick Aubameyang de la Bundesliga alemana, que parece ser recibió una oferta por USD. 41 millones de salario al año y el BVB 150 millones de euros por su traspaso. Ya Cristiano Ronaldo fue tentado con un salario anual de USD. 105 millones al año y Messi por cifras ligeramente superiores a CR7.
El New York Times hizo un trabajo especial sobre esta superpotencia económica que quiere convertirse en una superpotencia futbolística.
Comienza diciendo que los 48 campos de fútbol de las vasta escuela «Evergrande Football School» en el sur de China luce ser apenas suficiente para atender a los 2800 estudiantes que atienden casi diario. Los jóvenes y niños son verdaderos atletas que se mueven dentro de los campos cada día pateando, driblando y pasando el balón con la esperanza de tener las glorias y riqueza que el fútbol da.
Formar el próximo Cristiano Ronaldo o Lionel Messi se ha convertido en un proyecto nacional en China, donde el fan No. 1 de este deporte es el presidente Xi Jinping, quien ya se está encargando de transformar el país en una potencia de fútbol.
En la últimas dos semanas, la principal liga china ha traído ya estrellas de Europa y Sudamérica con contratos que se han mencionado estarían ganando arriba de $40 millones al año, el mas alto pago de cualquier jugador en el mundo. Un club chino le ofreció a Cristiano Ronaldo $105 millones de salario anual, pero el luso declinó, como dijo su agente.
Estos grandes y locas sumas de dinero están sacudiendo el panorama del fútbol profesional. Antonio Conte, director del Chelsea team, denunció que los gastos de China el último mes como “peligroso para todos los equipos del mundo.”
En los últimos dos años, el gobierno ha invertido todo tipo de esfuerzo, esta vez concentrado en el fútbol pero que previamente se había dedicado a ganar medallas olímpicas en deportes individuales como la gimnasia.
La ambición del presidente Xi es la de transformar a China en una gran potencia en el fútbol. «Mi mayor esperanza para el fútbol chino es que sus equipos se conviertan en los mejores del mundo», anunció el año pasado.
Xi, se ha comprometido a limpiar y reorganizar el fútbol profesional y construir una nueva generación de jugadores mediante la creación de decenas de miles de campos de fútbol y la adición de programas de fútbol en decenas de miles de escuelas. El objetivo es establecer un flujo de jugadores de primer nivel que finalmente sean capaces de ganar la codiciada Copa del Mundo masculina y devolver al equipo femenino a su antigua gloria.
Ese esfuerzo ha envalentonado a los clubes chinos a gastar abundantemente. Además de pagar decenas de millones de dólares por jugadores extranjeros, los propietarios de equipos chinos han gastado cientos de millones de dólares comprando en clubes europeos, con la esperanza de aprovechar la experiencia de coaching y marketing que tiene la cultura oriental.
«Uno de los mayores problemas es el corto plazo», dijo Cameron Wilson, un residente escocés de Shanghai que edita Wild East Football, un sitio web que sigue este deporte en China. «Hay estos grandes planes e ideas. Pero cuando se llega al nivel de base en las provincias, es como si la gente hiciera lo que quiere».
Los apasionados aficionados al fútbol de China estarían encantados de tener equipos nacionales competitivos en lugar de los mediocres que tienen ahora. El equipo nacional de hombres se ubicó recientemente 83º en el ranking de la FIFA, justo por delante de las Islas Feroe, una remota isla cerca de Dinamarca con menos de 50,000 habitantes, y es poco probable que logre un lugar en la Copa del Mundo 2018.