El Blog de Feisal: ¿Feo el menosprecio, verdad?
Buenos Aires, Argentina. (HSI) – Y el premio al “quilombo” mediático de la semana se lo lleva Alejandro Fantino; periodista reconocido acá, que “arremetió” contra la Liga Mexicana de futbol, después de la eliminación de Boca ante Independiente del Valle por la Copa Libertadores. Su comentario surgió al referirse a Darío Benedetto, jugador fichado por Boca Juniors procedente del club América, cuyo pobre rendimiento le hizo blanco de severas críticas por parte de medios y afición.
“¿Fuera de joda, quien pensó en Benedetto para traerlo a Boca? ¿Ustedes saben lo que es la liga mexicana? Una cosa es el América y el Cruz Azul, pero anda y jugá contra los Rayados de Sinaloa. Es horrenda la liga mexicana. Cuando tuvieron que aparecer en una copa importante se comieron siete”- manifestó el comunicador en su programa de Radio La Red.
Estas valoraciones recorrieron cada rincón del continente de extremo a extremo y desencadenaron en un incontenible efecto dominó. Al día siguiente Fernando Schwartz (mexicano empleado de Fox Sports) le respondía a Fantino en un tono elevado, luego se sumó a la batalla un panel de Espn (incluyendo a Hugo Sánchez), y en menos de lo que canta un gallo había estallado una bomba de notas y comentarios en portales deportivos, blogs, redes sociales, y periódicos repletos de insultos y descalificaciones hacia el relator. Muchas de ellas bastantes pasadas de la raya, como esta:
La relevancia dada a las palabras del comentarista es similar a la que tienen leyendas del juego. Si nadie me dice, pensaría que esas declaraciones las hizo Pelé o el mismo Diego Armando Maradona…y creo que ahí si se justifica el “show”. Me parece insólitamente sorprendente esta telenovela mediática que se construyó en México por una simple calificación deportiva (equivocada o no), a su liga de fútbol.
¿Pero por qué tanto revuelo? Me pregunto con curiosidad. Y rapidito se me prende el foco: ¡Claro! Seguramente es porque no están acostumbrados a que los traten de forma despectiva, de ahí la reacción. Los mexicanos – prensa, jugadores, y afición – se han habituado a la permanente zona de confort y engaño que les ofrece la mediocre Concacaf, en donde se sienten (y lo son) grandes, reyes, e invencibles, ¡y donde nadie se atreve a cuestionarlos! Todo lo contrario, aquí les es permitido el lujo del desprecio hacia los más pequeños, y muchas veces la burla.
Por supuesto, pavonearse en esta área es bastante fácil, si vivís enfrentando a rivales de infinito menor presupuesto como Honduras, Guatemala, etc. Hacerle bullying a los de primer grado cuando vos estas en sexto, es lo más sencillo (y abusivo) del mundo. Pero esta vez se les volteó la tortilla, y no les gustó para nada.
Resulta que de otra escuela, y de un grado mucho más arriba, llegó un bravucón con MUCHO más tamaño. Fanfarrón, despectivo, y con más soberbia; alguien de un país que tiene lo que ellos no: copas del mundo, rica tradición futbolera, respeto ganado a nivel mundial, y una cuna de estrellas que son leyendas de este bello deporte. Y en ese justo momento, las palabras hirientes de un foráneo se transforman en indignación colectiva de entero alcance nacional. ¿Se siente feo, verdad?