Aposta por la paz
Kimmich anotó dos de los cinco goles del Bayern al Rostov. Foto AFP
Munich, Alemania. (EFE) – Media hora aguantó el Rostov el acoso y derribo al que le sometió el Bayern de Múnich. Media hora hasta que se abrió el marcador desde los once metros, por un penalti claro a Lewandowski. Se hizo el gol y se derrumbó el conjunto ruso. Y llovieron los goles.
Salió bien plantado el Rostov al Allianz Arena, consciente de que sus opciones pasaban por aguantar todo lo posible durante hora y media. Y ya si eso hacer un gol si se alineaban los astros y los de Ancelotti se lo permitían con algún que otro error.
Y la jugada no salió mal del todo. Cinco atrás y balones largos para jugar a la contra, pero el Bayern es mucho Bayern, y hace falta algo más para hacerle daño.
El balón fue bávaro y las ocasiones comenzaron a sucederse, una tras otra, sobre la meta de Dzhanaev, quien tuvo que actual mucho más de lo que le hubiera gustado.
A la media hora de partido llegó el gol. Cayó Robert Lewandowski en el área rusa y el árbitro del partido, Anthony Taylor, decretó la pena máxima. El propio artillero polaco fue el encargado de ejecutarlo y anotó el primer gol para el Bayern.
No sirvió para que el Rostov cambiara de planteamiento. Siguó atrincherado en su campo y concediendo lo menos posible a su rival. Pero el segundo gol terminó por llegar. Fue al filo del descanso, a pase de Alaba al corazón del área que remató Müller.
La segunda parte fue un festival de fútbol bávaro. Los de Ancelotti jugaron como quisieron contra un Rostov que se vio obligado a intentar algo nuevo para buscar mejorar el resultado.
Y lo que sucedió fue que Kimmich hizo un doblete y Juan Bernat, al filo del final del partido, redondeó la goleada con el quinto tanto.
Inicio inmejorable del Bayern en esta Champions, que suma sus primeros tres puntos y se coloca en cabeza de su grupo, compartiendo liderato con el Atlético de Madrid.
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