París, Francia. (AGE) – Tremenda etapa 12 la que se vivió hoy en el Tour de Francia 2017. Bastaron 350 metros para cambiar el rostro de este Tour, Bardet para desenmascarar a Chris Froome, que pasó un momento crítico, el mayor desfallecimiento que se le conoce desde que domina la ronda francesa. Sólo queda la duda de qué hubiera ocurrido con más valentía entre sus opositores, si alguien hubiera intentado varear el olivo. No hubo osados, por eso el premio es menor.
La etapa para Romain Bardet y el maillot amarillo para Fabio Aru. No está mal, pero los Campos Elíseos se abren también en el horizonte. A eso deben aspirar. Froome se mostró débil, perdió la prenda por primera vez durante su reinado, y ahora los rivales han visto un agujero por donde colarse. Quienes ya no estarán entre los retadores, definitivamente, son Nairo Quintana y Alberto Contador. Se derrumbaron.
La carrera subía el Balès: 11,7 kilómetros al 7,7% de pendiente media. Un buen puerto, de contradictorio recuerdo para Contador. Allí aprovechó una avería de Andy Schleck para atacar en la edición de 2010. Estaba en su derecho, pero su acción fue muy criticada. Le llovieron los abucheos en la meta. Finalmente el luxemburgués ganó aquel Tour, aunque fue de rebote por el positivo con clembuterol del español. Ya conocen la historia: aquel solomillo de Pau…Precisamente Pau, la salida de este jueves. Y fue ahí donde Contador decidió atacar. Antes lo había hecho Warren Barguil, el rey de la Montaña. Y saltó a por él. No avanzó mucho, no progresó. Bastó el ritmo del Sky para reducirle. Pero volvió a sentirse competitivo.
Y ahí andaba con los gallos en pleno descenso del Balès, cuando el Tour pudo ponerse otra vez patas arriba. Mikel Nieve hizo un recto en la última curva, justo antes de comenzar a subir el Peyresourde, y se salvó milagrosamente entre dos caravanas. Detrás se salió su líder: Froome. Y detrás de su líder, su máximo rival: Aru. Nadie intentó aprovecharse de la ocasión. En el ciclismo actual, si atacas a accidentados o averiados, te silban y te cuelgan un sambenito. Como le ocurrió a aquel Contador.
Cuando ya sólo quedaban once ciclistas en cabeza, con los dos Mikel al frente, Nieve y Landa, ahí seguía todavía el madrileño. Por poco tiempo. Quien ya no estaba era Nairo Quintana. Al Movistar le ha salido mal el experimento Giro-Tour. Una pena. De esos desafíos vive el ciclismo. Sólo faltaba un suspiro para coronar el Peyresourde, cuando el Tío del Mazo golpeó definitivamente a Contador. No dio para más. No se puede tirar sólo de orgullo.
Sky había liderado la carrera desde la salida. Y seguía al frente. Se esperaba un ataque de Froome, un batacazo para quitarse a esos moscardones que le rodeaban en la clasificación general. Devoraban los últimos kilómetros, pero el africano no arrancaba. Pasaba algo raro, parecía obvio. ¿Por qué no le probaba nadie? Faltó ambición… Seguramente también fuerzas. Fabio Aru movió el árbol en esos últimos 350 metros y recogió frutos maduros. Esta noche dormirá como maillot amarillo de Tour, con 6” sobre Froome; 25” sobre Bardet y 55″ sobre Urán. Hay carrera. Se buscan valientes. Se añora un Contador.
