San Sebastián, España. | EFE |
Inexplicablemente, el Barça cometió en San Sebastián los mismos errores que la campaña pasada. Lo que entonces sirvió como acicate para que el equipo cambiara el ‘chip’ y lo ganara todo, esta vez parece que le va a abocar a numerosos problemas de aquí al final de temporada.
Regaló de nuevo Luis Enrique la primera mitad con sus inexplicables rotaciones en Anoeta. Como si ya hubiera olvidado el descalabro de la pasada campaña, el técnico asturiano apostó por mover el equipo y pensó que, ante el importante partido de Champions el miércoles en el Calderón, los suplentes iban a sacarle las castañas del fuego ante la Real.
Sin embargo, Arda Turan, de nuevo horrible, y Rafinha, totalmente fuera de forma, fueron como dos fantasmas por Anoeta en la primera mitad. Además, Sergi Roberto, sustituto de Jordi Alba en el lateral izquierdo, tampoco tuvo la profundidad necesaria para inquietar al conjunto realista en toda la primera mitad.
Para colmo, el 1-0 llegó en un centro desde su banda, en el que ni él supo salir a tiempo para tapar ni Piqué tuvo la concentración mínima para evitar el remate de Mikel Oyarzábal. El canterano de la Real Sociedad, imperial, enviaba a la escuadra el 1-0 y hacía revivir las pesadillas de hace un año en el terreno donostiarra.
Sabían los azulgranas que el Real Madrid y el Atlético de Madrid habían ganado y no soportaron la presión en su primera cita de entidad. Su primera mitad, por decirlo de manera suave, fue desastrosa. Apenas una ocasión sobre la portería de Rulli -volea de Arda Turan- y mucho toque en la frontal ante una Real Sociedad que se encerró tras el gol y que aún dispuso de una gran ocasión en las botas de De la Bella en una contra.
-Mejora insuficiente-
Corrigió a la carrera Luis Enrique el desastre y dejó en el banquillo a Rafinha para dar entrada a Iniesta, que dio mucho más sentido al juego y dispuso de la más clara del partido, en un lanzamiento con la zurda desde la frontal que desvió a córner Rulli con mucho acierto.
No encontraba, sin embargo, el equipo azulgrana el camino del gol y el técnico asturiano tuvo que asumir su error y sentó a Arda Turan para buscar más profundidad por banda con Jordi Alba. Durante algunos minutos, pocos, el Barcelona pareció serenarse y comenzó a dominar con peligro, pero esta situación no dudo demasiado, pues, al igual que contra el Real Madrid, el Barcelona se vino totalmente abajo en cuanto se le acabó la gasolina.
Ni la entrada de Rakitic dio sentido al juego del Barça, que contempló con desidia cómo pasaban los minutos sin ser capaz de crear ocasiones más allá de un punterazo de Messi ante el que volvió a lucirse Rulli.
Derrota para olvidar del Barcelona, que ve cómo el Atlético de Madrid se queda a tres puntos y el Real Madrid -hay liga- ya está sólo a cuatro.
