Houston, Estados Unidos. (HSI) – Con toda la presión de ganar este juego en casa, los Astros saldrían con la toda la carne al asador con lo mejor en la ofensiva que en esta ocasión no tuvo piedad ante un picheo de los Bravos que no continuó su dominio como en el juego 1 y que nunca se consolidaron para remontar.
Siendo el joven Max Fried que tendría la responsabilidad de colocar a los de Atlanta un juego mas por encima en una serie que empezaba a ser a favor de ellos tras la muy buena demostración de pitcheo del primer juego.
Fried que tendría una apertura nada aceptable con cinco entradas lanzadas, siete hits y cinco carreras limpias, una base por bolas, seis ponches, siendo de la aperturas más débiles ante un equipo que se quitó la espina que tenía del juego anterior. Este día Bravos fue un completo desastre en la ofensiva que es lo fundamental y el pitcheo que hoy no funcionó.
Siendo el nacido en México, José Urquidy que tendría una apertura extraordinaria sabiendo manejar la presión que acarrean de parte del equipo y que se repuso luego de que en la primera entrada permitiera dos imparables y que con cuatro «chocolates» saldría ileso ante uno de las ofensivas más sólidas y dominando al mas caliente en esta serie como es Eddie Rosario.
El ya campeón en 2017 lanzaría cinco entradas, permitiendo siente hits, dos carreras limpias y recetando siete ponches adjudicándose una victoria que era fundamental en las aspiraciones para los de la «estrella solitaria» para dejarle a un relevo que saldría perfecto sacando los últimos 12 outs a una ofensiva que estuvo callada y que no tuvo la reacción.
Siendo en la séptima entrada que el venezolano colocaría el juego definitivo para los de Houston con su jonrón 23 en los playoffs acercándose al dominicano Manny Ramírez que jugando con los Medias Rojas y Dodgers conectaría 27 jonrones.
Ahora la serie se empareja a una victoria por equipo sabiendo que la Serie Mundial con lo se presentó ya es garantía de un sexto juego pero apuntando a irse al máximo de juegos.
