Tanger, Marruecos. (AGE) – Dani Alves, quien fue el autor del gol del empate y de la asistencia del tanto que culminó la remontada, irrumpe con fuerza en su nuevo país. 34 años y sigue decidiendo. Un auténtico mito al que no le importa la edad, ni los prejuicios, ni las posiciones. Al otro lado de la moneda, un joven de 18 años, con pocos grados en su currículo, no solo no brilló sino que se le vio muy discreto.
El brasileño jugó como un delantero más y le arrebató los focos a un Mbappé que apenas mostró el mucho fútbol que lleva dentro. Un par de arrancadas, un gol bien anulado y poco más. El joven punta francés fue sustituido en el 70.
Mónaco y PSG firmaron un encuentro de marcado ritmo veraniego, aunque el conjunto de Unai Emery fue superior en la segunda parte y ello le bastó para sumar a sus vitrinas el primer título oficial en Francia.
Los de Jardim salieron a morder, el PSG quiso contemporizar y se encontró con un golazo de Sidibé tras una asistencia de muchos quilates del recién llegado Tielemans. Buena presentación la del belga.
Tras una primera mitad de pocas ocasiones, Alves empezó a ganar el trofeo nada más empezar la segunda. Cuando todos esperaban que centrara una falta lejana y ligeramente escorada, el brasileño la clavó en la meta de Subasic.
La libertad de Alves fue indetectable para un Mónaco en el que Falcao no tuvo el tino ante el arco rival que le caracteriza. Del posible 2-0 llegó el 1-1. Alves se terminó de destapar regalándole la asistencia del segundo a Rabiot.
Verratti y Pastore aportaron pausa hasta el final, aunque el Mónaco tuvo motivos para quejarse porque, aun sin disfrutar de ocasiones claras, se vio privado de un penalti por claras manos en el área de Areola. El reino de Alves se extiende a Francia.
