Madrid despedaza al Getafe, Barcelona cede puntos en Mestalla
Terapia de goles en el Bernabéu. El Getafe pagó los platos rotos y se llevó cuatro goles en poco más de media hora.
Benzema hizo el primero, cuando la afición aún se acomodaba en las gradas. Un centro perfecto de Pepe, a quien el brazalete le hizo creerse Míchel, acabó en el interior del pie de Karim, que mandó la bola a dormir a la red. Entró y fue un alivió, se le cayó una mochila de piedras y se le descosió la sonrisa, esa que tenía secuestrada desde hacía semanas. Hizo un gesto a la grada de agradecimiento y sus compañeros corrieron a darle cariño.
Y la fiesta continuó, con el segundo de la tarde para Benzema, tras dejada de Bale. Empieza el chorreo de menciones a la BBC. Porque el tercero lo hizo el galés a pase de Cristiano. Y el cuarto fue de Ronaldo. Disfrutar de la felicidad individual está muy bien, pero no hay nada como pasarlo bien con los amigos. Cantar muy bien un solo en el karaoke nunca será igual que berrear en grupo, cogidos por los hombros. Y hacía mucho tiempo, desde abril, que el tridente de ataque del Real Madrid no mojaba en el mismo partido. 4-0 al descanso, pitada abortada y el primer respiro blanco en semanas.
Tras el descanso la grada no cogió los pañuelos, ni las pipas, se abrazó a la almohada. Se durmió hasta el balón y la marcha de Modric fue una valeriana para el partido. La entrada de la pierna derecha de Pedro León (y del resto del cuerpo) añadió un poquito de picante al césped. Le puso un regalo a Alexis en la cabeza desde el córner para el 4-1. Reminiscencias de Ucrania, pensó alguno. Pero no hubo más.
-Barcelona deja escapar puntos en Mestalla-
Barcelona lo intentó pero no pudo vencer a un ordenado equipo de Valencia. Pese a tener a sus delanteros estrella presentes en la cancha de juego, el equipo catalán terminó empatando 1-1 de visita.
El equipo dirigido por Luis Enrique tuvo varias ocasiones claras de marcar en la primera parte. Lionel Messi remató mal tras una gran jugada de Neymar (26) y Suárez se equivocó al intentar ceder al argentino cuando lo tenía fácil para golear (35).
Finalmente, goles los marcaron en el segundo tiempo Luis Suárez al minuto 58 tras un duro primer tiempo. Sin embargo, la alegría del Barcelona se vio cortada al minuto 85 con un contraataque bien elaborado que culminó en las redes de Claudio Bravo por intermedio de Santi Mina.
Pese a ello, Barcelona se mantiene primero con 34 puntos, seguido del Atlético de Madrid con 32 y el Real Madrid con 30.
No defraudó el partido en Mestalla. Santi Mina dejó la Liga en un pañuelo con un tanto en los últimos cinco minutos de partido que premió el esfuerzo de un Valencia que dio la cara y aguantó las embestidas de un Barcelona que se adelantó gracias a un gol de Luis Suárez. Los culés tuvieron las mejores ocasiones del partido y perdonaron a un conjunto ché que aprovechó una de las pocas ocasiones que tuvo en un enorme partido de fútbol que deja la Liga BBVA en un pañuelo.
Y es que a día de hoy en el fútbol mundial hay dos cosas obvias. Una es que el Barcelona, el equipo más en forma del momento, tiene el ataque más brutal del mundo y otra que darle espacio a su delantera es una de las mayores temeridades que puedes cometer si aprecias tu vida. Dejar verde para que corran Neymar, Messi o Luis Suárez es una enorme osadía. Y el Valencia dio cuenta de ello en cinco minutos donde estuvo jugando a la ruleta rusa. Después mejoró y se estabilizó.
Mermado por las bajas y la crudeza de un calendario que no perdona desmanes, el Valencia parecía no tener luz para crearle problemas al Barcelona en los minutos restantes. Aún había tiempo pero no quedaban fuerzas. O eso parecía. Pero en ocasiones, cuando no hay aliento basta con la fe. Santi Mina premió el pundonor valenciano en un contragolpe. El, probablemente, balón más importante de su vida quedó en sus pies y definió con aplomo a la derecha de Claudio Bravo. Más por coraje y orgullo que por otra cosa. Lo intentó hasta el último suspiró el Barcelona pero el destino estaba escrito. El Valencia se reencontró con su afición y la Liga BBVA queda en un pañuelo. El Barcelona perdonó y lo pagó.