San Pedro Sula, Honduras. | HSI |
Por José J. Villeda.
Que la «Liguilla» siga las riendas de lo arrojado en las dos vueltas regulares, mantiene a priori una ruta justa que muchas veces se desmorona con sorpresas mayúsculas al ver cómo cae en primeras de cambio en un doble duelo de fase final, un club que a lo largo de 18 jornadas mostró superioridad ubicándole en la cima, ante otro que su rendimiento fue notoriamente inferior. Recordamos cuando la liguilla se jugaba 1 ante 6 y así sucesivamente… que el peor ubicado dejaba en nada al líder general en solo dos juegos… y todavía cosa peor, verle levantar la copa de campeón!
En muchas ligas importantes del mundo se juegan a dos vueltas y el líder general es considerado y premiado justamente como el mejor; por ello debemos disfrutar, al menos hasta antes de los partidos de vuelta de semifinales, que todo luce favorable porque lo han merecido así, para el 1 y 2 del Apertura 2015.
En primeras instancias, el tercer lugar, Olimpia, sacó de competencia en fase de repechaje al sexto lugar, Real Sociedad y, Vida que acabó cuarto, hizo valer, tras empatar los dos juegos 0-0, esos dos puntos más que cosechó con respecto a los 24 que ubicaron a Marathón en la quinta plaza. Merengues y Rojos se ganaron el derecho de acceder a semifinales y verse las caras con los dos equipos con mejor rendimiento, Honduras Progreso (1ro con 36 pts) y Motagua (2do con 32). Al menos en los juegos de IDA la tónica mantuvo coherencia reflejando superioridad auténtica.
Héctor Castellón, DT del Honduras Progreso, mostró aspectos de bagaje y mucha experiencia, reconociendo que estas instancias había que cambiar el Chip de emotividad, generosidad e impulso, características que le han caracterizado desde su llegada a primera división, al de ser calculador y cuando corresponde, jugar con la presión, en este caso del Vida que no tiene más remedio que lograr mínimo cuatro puntos para ser finalista. El problema del los Cocoteros, así como lo analizamos previo al cotejo en el Ceibeño, carece de gol producto de que su único elemento «9» (Franco Guity) está lesionado, por lo contrario los progreseños si algo los distingue como «home club» es precisamente el gol, por lo que lo catapulta como claro favorito para obtener el boleto a la fiesta grande; esto al margen de que la serie entre estas dos escuadras es favorable a los dirigidos por Elvin López.
El Clásico capitalino dio muestras de una clara superioridad motagüense. Los azules fueron más claros en su juego, con mayores ideas pero sobre todo, seguros a la hora de tener el balón y cuando buscaban recuperarlo. El problema del Ciclón fue no haber estado precisos a la hora de definir, ya que de haberlo estado, el duelo fácilmente finalizaba a su favor. Olimpia, quien ha hecho un torno bastante irregular, parecía perdido en la cancha. Héctor Vargas debe definir las posiciones de tres elementos claves, Elis que no se sabía si lo hacía de centro atacante, delantero izquierdo o inclusive muchas veces e incomprensiblemente se le veía como un lateral izquierdo mas. Quioto pasó el juego de lado a lado y Carlos Wil Mejía en muchos tramos se retrasaba demasiados metros dejando muy solo a Bayron Méndez quien al momento de tener el balón se encontraba huérfano para tejer juego.
Estos Clásicos, más allá de lo que expongan finalmente los protagonistas, lo ganan los directores técnicos y, ahí parece que Motagua tiene la ventaja. En fin… la final justa por cómo se desarrollaron las 18 jornadas está muy cerca y hasta muchos ya la saboreamos e imaginamos, por el saldo ya demostrado en los partidos disputados entre ambos en las vueltas regulares, en Progreso ganaron los de Catellón 4-1 y en Tegucigalpa Motagua cobró venganza venciendo 3-0. Sería una linda y emotiva Gran Final… a esperar que se confirme.
