Chicago, Estados Unidos. (Agencias) – La NFL está por vivir este fin de semana partidos de intensa disputa. Los «comodines» deben definir quién sigue en contienda y quienes se van a pensar en la próxima temporada. Dicho esto, nos pasaremos el fin de semana viendo verdaderos partidazos. No hay mañana para cuatro de ellos.
La espera ha llegado a su fin. 12 equipos siguen en la disputa por el trofeo Vince Lombardi, pero sólo ocho de ellos entran a la actividad en la Ronda de Comodines con un boleto a la Ronda Divisional en mente.
Los campeones divisionales buscarán defender su terreno aunque en uno de estos enfrentamientos será la tercera vez en el año que se vean la cara los rivales.
Tanto Cowboys como Chargers llegan con cierta sensación de revancha a sus compromisos y el campeón defensor se aferra a repetir en la cima de la NFL.
Es un juego en el que Deshaun Watson tomará parte en muchos acarreos por diseño de su coach Bill O’Brien ya que saben que tienen que sumar otra dimensión a esta ofensiva, principalmente con la falta de receptores.
Lo que es cierto es que todo va a depender si pueden presionar a Andrew Luck ya que el trabajo que está haciendo su línea ofensiva es algo que tenemos que considerar y también si pueden frenar a T.Y. Hilton ya que vimos que Jacksonville lo hizo y vaya que en ese caso sufrió la defensiva de Indianapolis, por lo que si Houston cumple con ese cometido, entonces tendrán una oportunidad. De otra forma ganarán los Colts.
Los Texans aseguraron el título divisional hasta el final en gran medida a la gran reacción que tuvo Indy en las últimas semanas.
Houston es favorito por la localía, pero no podemos descartar una sorpresa sobre todo cuando Andrew Luck (sano) está del otro lado.
Es el segundo partido enfrentamiento de por vida de los Dallas Cowboys contra los Seattle Seahawks en postemporada y ningún aficionado de la estrella solitaria quiere recordar el primero cuando en el 2006 Tony Romo tuvo problemas para controlar el balón del centro y colocárselo a Martín Gramatica para el gol de campo que pudo ser la victoria en el que sería el último partido dirigido por Bill Parcells.
Esta vez, deberá ser un juego muy parejo entre dos de los equipos que terminaron mejor enrachados la temporada regular. Dallas ganó siete de los últimos ocho y Seattle seis de siete.
Si los Chargers hubieran podido elegir rivales de la Conferencia Americana hasta llegar al Super Bowl, los Ravens hubieran sido su última elección.
Ningún equipo exhibió las pocas vulnerabilidades que tienen los Cargadores como lo hicieron los Cuervos en su crucial juego de la Semana 16. Pero la NFL es ensayo y error. Ahora, Anthony Lynn sabe lo que debe y no debe hacer para vencer a un equipo que les saca ventaja en la localidad, no necesariamente en talento.
Si los Chargers logran frenar a Jackson, hay muy poco con lo que Baltimore puede inquietar a la ofensiva, pero si no lo hacen, será un día largo para Los Angeles.
Finalmente, Philadelphia viene de menos a mucho más al meterse como el N°6 gracias a que ha subido mucho el nivel de juego con Nick Foles y también la línea ofensiva considerando las lesiones que han tenido, al igual que la línea defensiva.
Del lado de los Bears no deben cambiar mucho. Hay que atacar, presionar liderados por Khalil Mack ya que Nick Foles no está al 100 por ciento por un fuerte golpe que recibió contra Washington la semana pasada.
Será un juego muy importante para Chicago por la forma en que deben plantarse ante un equipo que el año pasado demostró que entrando a playoffs se convierte en el favorito, en el underdog.
Nick Foles iniciará de nuevo los juegos de playoffs, aunque existe un ‘pero’ muy significativo ya que se le acaba la magia y Chicago, con esta imponente e impresionante defensiva, Matt Nagy los llevará hasta la Final de Conferencia o quizá aún más.
