Dos polacos y una gran aplicación táctica dan triunfo al Atlético sobre un pobre Bayern
Madrid, España. (AGE) – La gran actuación de Oblak, la del árbitro central que fue «permisivo» con los locales y severo con los bávaros, sumado a la disciplina táctica y la «intensidad» del Atlético, ablandaron a un Bayern que arrancó muy bien, pero que se perdió por 40 minutos (los últimos 20 del primer tiempo y otros 20 mas en el segundo) y el ATM sacó provecho de ello y merecidamente se llevó el triunfo en el Vicente Calderón en u juego que pareció un «Déja Vú» del juego de la pasada temporada.
«Dale alegría a mi corazón» rezaba el ‘tifo’ que le dio la bienvenida a los guerreros del Cholo a su fortín. Simeone presentó un once más ofensivo de lo habitual para luchar de tú a tú contra uno de los favoritos para hacerse con la corona europea.
Y lo primero que vieron los aficionados rojiblancos fue cómo el Bayern salió al campo con la misma intensidad que su equipo. La cohesión entre las líneas atléticas chocó contra el poblado centro del campo alemán y el partido se trabó totalmente en la zona de máquinas durante los primeros compases.
-Desequilibrio de fuerzas-
Corrían los minutos en el marcador y las cosas comenzaban a cambiar. El Atlético empezó a ver cómo la presión alta de los de Ancelotti comenzaba a menguar y lo aprovechó gracias a la velocidad de un eléctrico Carrasco que le puso chispa al ataque ‘colchonero’ desde el minuto uno.
De hecho, sería el belga el primero en poner en peligro a Neuer tras un disparo a media altura desde el interior del área grande. Un área que estuvo cerquísima de ver el primer tanto local unos minutos después, lo que tardó en estrella Torres un cabezazo al palo tras la salida de un córner.
Y, tanto fue el cántaro a la fuente, que el Atlético se acabó adelantando. Carrasco se disfrazó del Saúl de la 15-16 y él solito se encargó de abrir la lata. Se hizo con el balón en la zona de tres cuartos, puso la vista en la meta contraria y, tras una gran cabalgada, hizo inútil la estirada de un Neuer que vio como un remate seco y raso besó sus redes tras rebotar en la cara interna del palo izquierdo.
Ribéry tuvo el empate cerca poco antes del descanso pero el poste de Oblak pareció un imán de polos opuestos que desvió el balón en el último momento.
-Cambio de papeles-
El paso por vestuarios también quiso reeditar la edición del pasado curso. El Bayern de Múnich salió con muchas más ganas y al Atlético le tocó hacer lo que más está acostumbrado: sufrir.
Oblak fue empleado desde el primer momento. Müller, Thiago y Ribéry se empeñaron en colocar su nombre en el luminoso, pero esta volvía a ser su noche. Simeone, al contrario de lo esperado, hizo cambios ofensivos, dando oportunidades a Gameiro y Gaitán.
El Atlético ganó a la contra. La verticalidad de Griezmann se alió con las subidas de Filipe Luis para intentar cerrar el marcador, pero el destino quería revivir aquella noche mágica del pasado curso y ni Griezmann, en los últimos compases, pudo cambiar el sino desde los once metros. Su disparo se estrelló contra el larguero para desgracia de los corazones ‘colchoneros’, enfermos de tiempo, con más de diez minutos de sufrimiento por delante.
Pero el físico del equipo alemán no pudo con la ilusión rojiblanca. El árbitro añadió cinco minutos por un rifirrafe entre Saúl y Vidal y el Bayern buscó a la desesperada el gol, aunque lo único que se encontró es otra caída ante la que comienza a ser su bestia negra. En Europa, con el Madrid, Ancelotti tuvo más suerte ante los rojiblancos, pero los de Simeone siguen dándole ‘alegrías al corazón’.
