Moscú, Rusia. (Agencias) – Panamá mañana estará frente a su debut y cita con la historia en las Copas del Mundo. Bélgica será el examen a pasar y sin duda, no será absolutamente fácil. De hecho, le toca «bailar con la mas fea».
Panamá afronta el partido más importante de su historia. Su primer rival en la cita mundialista posee numerosas bazas ofensivas, pero los «Canaleros» confían en mostrar su mejor cara en este gran estreno apoyándose en su solidaridad defensiva y una gran disciplina táctica, al tiempo que intentarán trenzar contragolpes.
Este primer partido del Grupo G debería deparar una marcada oposición de estilos. Por un lado, los belgas llegan lanzados a toda velocidad tras unas actuaciones impresionantes en sus partidos de preparación. Roberto Martínez tiene la suerte de contar con una generación en la cima de su arte, merced a una sólida experiencia internacional que ha ido adquiriendo en citas como la Copa Mundial de la FIFA Brasil 2014 y la Eurocopa 2016, y ahora confía en ascender un nuevo peldaño en Rusia.
Enfrente, Panamá da sus primeros pasos en la escena mundial, pero no tiene ninguna intención de servir de trampolín a los belgas. Su seleccionador, Hernán Darío Gómez, desconfía de la pegada de los Diablos Rojos, y tiene previsto echar el cerrojo atrás para no sufrir la misma suerte que sus vecinos de Costa Rica, que hicieron aguas en su amistoso contra Bélgica el pasado 11 de junio (4-1).
Roberto Martínez debería iniciar la competición con un 3-4-2-1, con una defensa de tres y la pareja Yannick Carrasco-Thomas Meunier para recorrer los carriles. Eden Hazard y Dries Mertens se encargarán de abastecer a Romelu Lukaku y de hacer girar lo máximo posible las cabezas de los defensas contrarios.
